El Ogro (Naoya x Choso)

Un fuerte de almohadas y un adiós

Una vez que estuvieron de regreso en la habitación con Eso, comenzaron a mover los futones y algunas almohadas, para hacer un pequeño fuerte para esconderse de la tormenta. Eso realmente no parecía asustado y Naoya sospechaba un poco de ello... pero estaba más concentrado en construir un fuerte tipo almohada que resistiría la tormenta que se avecinaba. Una vez que estuvo listo, se sentaron juntos, Naoya y Choso estaban sentados uno al lado del otro, y Eso estaba sentado frente a su hermano, quien lo abrazaba libremente por detrás.

'No pareces demasiado asustado...' dijo finalmente Naoya al ver cómo Eso en realidad parecía como si se estuviera divirtiendo mirando por la ventana el relámpago.

'Bueno, da miedo... ¡Pero estamos a salvo aquí! Entonces está bien. Choso dijo que no hay nada que temer cuando estemos adentro, así que yo no tendré miedo. Eso dijo con una sonrisa orgullosa. ¿Tienes miedo? ¿Naoya?' preguntó inocentemente y tenía suerte de ser un bebé porque Naoya seguramente gritaría o golpearía a alguien más si insinuaran que Naoya alguna vez tuvo miedo de algo.

'No lo soy' dijo solo con un puchero mientras otro trueno rugía afuera y ahora incluso Eso hizo un ruido de sorpresa y se acercó un poco más a su hermano.

Se está acercando. Pasará en un tiempo' Choso les aseguró y Naoya ya lo sabía, pero fue agradable escucharlo... Aún así, cuanto más frecuentes eran los truenos, más se asustaba. Así que también se acercó a los otros dos y cuando sintió que Choso lo miraba, torpemente se acurrucó sobre sí mismo mientras se presionaba más contra el hombro del otro chico.

'Da bastante miedo, así que también voy a proteger a Eso' murmuró Naoya como excusa para acercarse a los otros dos y estaba seguro de que Choso se reiría de él otra vez, pero en lugar de eso sintió que el chico también se presionaba más contra él.

'Wow Eso, hoy estarás dos veces más seguro con Naoya aquí con nosotros' dijo Choso y Eso felizmente se relajó nuevamente mientras se apoyaba en su hermano. Tal como dijo Choso, la peor parte de la tormenta se calmó rápidamente, los truenos sonaban más lejos y a Naoya todavía no le gustaban, pero por alguna razón también sintió que se relajaba cada vez más y pronto se quedó dormido a pesar de los relámpagos, truenos y ruidos. lluvia golpeando las ventanas. Era extrañamente cálido y seguro dentro de ese tonto castillo de almohadas y se preguntó si debería comenzar a construir uno similar en su habitación cada vez que no pudiera dormir debido a los truenos.

Despertó un rato después, sintiendo un peso presionando su hombro y notando que Choso ahora también estaba durmiendo, y normalmente empujaba al niño, porque ¿cómo se atrevía a usarlo como almohada? Pero todavía se sentía tan cálido y acogedor que descubrió que en realidad no le importaba mucho. Y probablemente debería haberlo esperado, el niño parecía medio despierto en el mejor de los casos desde el principio. Probablemente fue un milagro que no se durmiera encima de él antes. Bostezó suavemente y se preguntó si podría volver a quedarse dormido. El trueno ya pasó por completo, dejando solo gotas de lluvia golpeando la ventana, y Naoya notó que a él tampoco le importaba ese ruido... Era de alguna manera incluso relajante... Pero entonces, de repente, las puertas se abrieron de golpe y los chicos a su lado Inmediatamente se despertaron haciendo que se  enderezara. Naoya ya no se sentía cómoda. Cualquier hechizo extraño que Choso debió haber usado para calmarlo antes, debe haber desaparecido porque una vez que vio la expresión aterrorizada en el rostro de Choso, ya no pensó que este pequeño niño podría protegerlo de los truenos o los ogros ni nada en absoluto. Pero a pesar de eso, Choso fue el primero en salir del castillo y ver quién irrumpió en la habitación.

'El Maestro Kamo te pidió que no llegaras tarde a cenar y, sin embargo, ya han pasado 15 minutos del horario previsto. Lleva a tu invitado y ve a la sala en este instante 'dijo una sirvienta y se fue inmediatamente mientras cerraba las puertas detrás de ella. Si un sirviente se comportara de esta manera en su casa, sería despedido en el acto. Esto fue increíble. Estaba a punto de preguntarle a Choso por qué la dejaría hablarle de esa manera, pero cuando abrió la boca, un ruido de miedo mucho más fuerte salió de la boca a su lado. Si pensaba que Choso parecía asustado, Eso parecía aterrorizado mientras agarraba el brazo de Naoya.