Capítulo VI.

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Capítulo VI.

¥ Sarita ¥

Empiezo a despertarme poco a poco. Siento una mano sobre mi vientre. Y una pequeña bocanada de aire en mi nuca que me despertó por completo. Franco estaba detrás mío abrazándose a mi pequeño cuerpo. Él sintió que ya me desperté ya que mi respiración me delató y empezó a esparcir besos en mi nuca. Le gusta aspirar mi aroma.

- Buenos días, cielo. - Me saluda con un poco de sueño aún.

- Buenos días, cariño. - Le sonrío mientras él acerca sus labios para topar los míos. Franco me abraza muy fuerte para no dejarme escapar.

- Esta es una mañana utópica para mí. La más decente desde que te fuiste. La única que puedo decir que amanecí descansado y no voy a dejarte ir pronto. Menos sabiendo que no tienes clase hoy.

- Pero, amor, hay que hacer el desayuno...

- Aún es temprano, amor. - Presiona su mano sobre mi vientre, nuevamente. - Anda, una hora más juntitos. - Deja un beso en la unión de mi cuello y mi hombro. Yo suspiro resignada porque también quiero quedarme entre sus brazos un rato más.

◉◉◉

Hora y media han pasado y siento las yemas de los dedos de Franco examinar mi hombro y... mi espalda. ¡Mi hombro y mi espalda! Cierro los ojos con intensidad y trato de respirar de a poco.

Luego, siento la calidez de sus labios rozar mis cicatrices. Una a una. Ni siquiera me molestó que quitara el tirante de mi blusa del pijama para acceder mejor a las marcas en mi piel. Admito que no podía dejar que nadie se me acercara y por eso escapé de la hacienda con el pretexto de este curso. Y ahora es momento de hacerle frente.

- Sólo quiero que sepas que nadie volverá a hacerte daño, Sarita. - Deposita un beso en mi mejilla. - Cuando te sientas lista, necesito escuchar y saber qué pasó, mi amor.

Yo aún estaba en silencio. No podía articular palabra. Estaba paralizada y sólo empezaron a caer lágrimas por mis mejillas. Él solo me abrazo y con su compañía, con su abrazo, con su protección; yo sólo podía sentirme segura. Me doy la vuelta para encontrarnos cara a cara. Llevo mis manos a sus mejillas y le doy un corto pero profundo beso.

- Desayunamos y te cuento todo, ¿vale? - Le acaricio la mejilla.

- Está bien.

Con un poco de nerviosismo, me levanto de la cama para dirigirme a lavarme los dientes y luego irme a la cocina. Sí se nos fue una hora y media, aprovechando para descansar juntos. Nos turnamos la ducha. Así que, mientras él hace lo propio, yo avanzo con el desayuno. Preparo café, lo primordial. Luego, continúo con la preparación de la mezcla de harina, huevos, cebolla picada, sal, ají dulce picado y uno que otro secretito por ahí. Al lograr la mezcla compacta para las tortillas, la dejo reposar.

Franco ingresa a la cocina ya cambiado y con mejor semblante, ya despierto por completo. Se acerca y me da un beso.

- Cuidado, amor. No quiero ensuciarte con harina. - Le digo aún con nerviosismo por lo que descubrió.

- Anda, ve a cambiarte. Yo termino de preparar todo aquí.

- Eres el mejor novio. - Le doy un corto beso y salgo de la cocina.

¥¥

Fui a la habitación de vuelta. Me quité el pijama. Y me metí al cubículo de la ducha. Sentir el agua recorrer mi cuerpo descansado fue una hermosa sensación. El aroma del jabón penetrando mi piel, es una sensación extraña. No sé si es porque es el mismo cubículo que acaba de utilizar mi novio guapo, muy guapo... y tentador.

AU|SaFran || Una Nueva Oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora