Aclaraciones: Esta historia nació después de que haya comenzado a ver nuevamente DB desde el inicio, comenzando con la OVA de Bardock y allí me acordé que cuando era niña me encantaba este personaje. Así que aquí vamos...
Todavía no termino de ver la serie, estoy justamente en el arco de Piccolo Daimaku.
Pareja: Bardock y Kagome.
Prohibida su copia o adaptación.
—¡Son unos imbéciles! Ya no pediré su ayuda...
Bardock miraba con molestia a todos aquellos que se decían ser sus camaradas, se habían reído de él. Tenía poco tiempo si quería cambiar el destino de su planeta y acabar con ese maldito de Freezer.
Herido caminaba entre los pasillos del cuartel general, tenía que aferrarse a algo o todo acabaría para él y todos los demás.
Se detuvo un momento al pensar en Gine... tenía que avisarle. Pero antes de que echara a correr fue atacado por más visiones en donde su hijo Kakaroto, se enfrentaba mano a mano en contra de Freezer. ¿Qué diablos era aquello? En sus visiones él siempre quería alcanzar a su hijo... convirtiéndose en un saiyayin bastante poderoso... nunca podía verle el rostro completamente...
—¿Pero qué me pasa?
Rápidamente borraba aquellas imágenes de su cabeza, obligándose a concentrarse en lo que realmente importaba.
Acabar con Freezer y evitar la extinción de su raza.
Corrió rápidamente en dirección al ala norte de la base, y al llegar, allí vio las luces desde la estratosfera de la nave de aquel malnacido cobarde.
—¡Yo te detendré Freezer!—de golpe salió volando en dirección al espacio sideral donde le haría frente a aquel maldito traidor.
Mientras cientos de soldados se lanzaban hacia él por órdenes de su amo, él estaba lleno de rabia... acabaría con todos. No tenía idea de donde había sacado tanta fuerza para acabar con todos aquellos, en repetidas ocasiones se lanzaron varios a él para detenerlo, pero ninguno pudo con él.
Bardock se encargaba de destruirlos a todos mientras se acercaba más y más en dirección a la nave nodriza de Freezer.
—Ese maldito—dijo Zarbon desde el interior de la nave realmente sorprendido por la tremenda fuerza que poseían los saiyayines a pesar de estar completamente heridos.
—Observe bien general Zarbon... la vista es bastante hermosa. ¿No lo cree?—Freezer miraba maléficamente desde su gran ventanal el brillante rojizo del planeta Vegeta.
—Dodoria... no cumpliste bien con tu misión.
El recién llegado observó asombrado al maldito saiyayin que se estaba enfrentando contra sus demás tropas.
—Yo lo acabaré...
—No general Dodoria, lo haré yo personalmente.
Zabon se quedó helado de ver que sería el mismísimo Freezer quién acabase con la insignificante vida de aquel aguerrido peleador.
—¡Sal maldito Freezer, no seas cobarde, jamás te perdonaré!
Bardock se había posicionado en frente de la nave del emperador y divertido miró al alienigena aquel sentado en esa silla ridícula. Sonrió seguro de poder acabar con él.
Los soldados que batallaban en contra del guerrero saiyayin se quedaron helados al ver a su amo frente a todos ellos. Tragaron pesado al verlo mirar enfadado a Bardock.
—Esta será una oportunidad para cambiar el destino del planeta Vegeta y también cambiar mi destino, el destino de Kakaroto y obviamente también tu miserable destino—una bola de energía azulada se formó en la mano de Bardock, miraba a Frezeer con burla.
Aquel hacía lo mismo con aquel insecto, su semblante molesto fue lo que enfadaba al saiyayin, pero al igual que Bardock, Freezer con solo mover su dedo índice se había formado una pequeñísima bola de energía incandecente que no parecía tener oportunidad contra la que sostenía el otro guerrero en su mano.
—¡Será tu fin!—gritó Bardock con todas sus fuerzas.
Frezeer sonrió divertido ante aquella tonta amenaza y rio, aquella esferita de energía se hizo cada vez más enorme.
Una supernova se había hecho enorme, acabando instantáneamente con todo lo que tocara, fuesen siervos o cualquiera que estuviera en un radio cercano a la enorme bola de energía cósmica.
Todo pasó demasiado rápido para Bardock, su ataque había sido fácilmente absorbido por el de Freezer y el inminente final iba llegar para él. Antes de morir... pudo ver como su hijo Kakaroto era quién le hacía frente a ese maldito y salía victorioso.
Ya no le importaba nada más...
Pero justo en ese momento algo pasó... un agujero que se había formado entre él y el ataque de Freezer lo tragaron violentamente, antes de que la supernova lo desintegrara por completo.
Después de eso... el planeta Vegeta había sido destruido totalmente.
Para todos, el planeta fue consumido por un asteroide de gran poder destructivo.
[...]
La era feudal, Sengoku. Japón.
La noche se veía bastante tranquila y no había rastros del canalla de Naraku.
—¿Por qué no comes, Kagome?—preguntó Sango un poco preocupada por su amiga.
El monje Miroku miró a la exterminadora y luego a la joven sacerdotisa, él no quería meterse en esa conversación porque todos sabían que InuYasha había ido a buscar a Kikyo.
Estaban cansados después de la tremenda batalla en el Monte de las Animas y necesitaban reponerse... pero todo había pasado tan rápido, Naraku había atacado a Kikyo y cuando ellos llegaron, era demasiado tarde. Sesshomaru les había dicho que aquella mujer había caído por el barranco.
Desde entonces no veían a InuYasha.
Y el corazón de la joven miko se hacía pequeño.
—Eh... sí... ya comeré—dijo un poco ida ante la pregunta de su mejor amiga.
Mordió sin mucho ánimo el pescado asado que tenía en frente suyo, cada tanto miraba hacia todos lados esperando ver a lo lejos un punto rojo que le dijese que InuYasha estaba de regreso.
Nada...
Suspiró tristemente mientras intentaba olvidarse y hacerse a la idea de que no le molestaba, Kikyo era alguien muy importante en la vida de InuYasha y ella no era quién para oponerse.
—Ustedes pueden dormir tranquilas... yo vigilaré hasta que amanezca. ¿Está bien?—dijo Miroku intentando aligerar la pesadez del ambiente.
Pero antes de que el grupo pudiese decir algo, hubo una enorme explosión que los hizo perder todo equilibrio, la tierra retumbó tan fuerte que lo peor era esperar que Naraku tuviera ganas de atacarlos ahora que sus fuerzas estaban mermadas.
La enorme polvareda que se había levantado a su alrededor se fue disipando lentamente.
—¡¿Están todos bien?!—exclamó Kagome asustada, tomando su arco y flechas para defenderse de cualquier cosa—. ¡Sango, Miroku, Shippo!
—¡Kagome!
Pero entre tanta tierra, era difícil poder ver bien.
Hasta que la sacerdotisa se tropezó con algo y cayó violentamente al piso.
Cuando se dio cuenta de algo, había caído en algo o alguien, justo en ese momento vio un par de ojos negros.
Y Bardock, había visto unos enormes ojos azules antes de perderse en la inconciencia de la casi cercana muerte.
Al mirarse... algo los recorrió sin siquiera darse cuenta de que había sido eso.
Solo pudieron escuchar como Kagome gritó fuertemente entre esa polvareda de tierra.
ESTÁS LEYENDO
OBSESIÓN
FanfictionJusto en el momento en el que el Gran Freezer había lanzado la super nova en contra de Bardock y el planeta Vegeta, algo sucedió... Ahora el poderoso guerrero se encuentra en un mundo del que no conoce absolutamente nada y lo primero que hace al des...