No me atrevo a ir a buscarte, aunque hayas dejado en claro que no me odias.
He querido decirte que desde que nos separamos, he sentido una soledad inmensa. Mi vida ha estado sumida en ella durante muchos años, pero después de perderte, he sentido un dolor diferente, un anhelo que no puede ser apaciguado por nada que no seas tú. Supongo que ese es el riesgo de estar enamorado.
Yo nunca había tenido pareja, nunca me había enamorado. He estado huyendo durante estos siglos, pensando que tarde o temprano encontraría por fin la muerte de forma inesperada y no tendría siquiera oportunidad para darme cuenta de la fatalidad de ese momento. Pero te encontré en ese hospital, tan radiante, ser tu compañero de trabajo fue emocionante, tú lo eras. No he sido el mejor interactuando con humanos, para mí son complicados y he visto morir a tantos durante mi vida, que sentía que su existencia era demasiado efímera como para darles mi atención, pero tú eres demasiado hipnótico, sin importar de quien se tratase, te llevarías todas las miradas.
Debo decir que me gustaste desde hace mucho tiempo, pero en ese momento tenías pareja y era claro que no había espacio para mí, sin embargo, tiempo después rompiste tu compromiso, y pude estar cerca, esto solo hizo que me gustaras aún más. Yo pensaba que alguien como yo jamás podría atraerte, me sentía asqueroso y miserable, porque mi mente seguía en el pasado, en todos esos años en los que pasé encerrado en ese castillo, muriendo lentamente cada vez que era torturado y abusado por ellos, sin embargo, te gusté, y ese fue el momento más feliz de mi vida, porque alguien a quien yo quería me apreciaba de igual manera.
Creo que, sin importar de qué raza seas, un amor mutuo es el regalo más dulce que la vida tiene hacia nosotros. Y yo lo conocí gracias a ti.
Te quise cada segundo que estuvimos juntos, pero me ganaron mis miedos, creía que estabas conmigo por lástima, o porque tenías que conformarte ya que tu anterior relación había fallado, incluso creí que me engañabas, porque siempre eras tan encantador con todos tus amigos y conocidos, pero conmigo eras distante. La noche en que todo pasó, yo le dije a él sobre mis sospechas, le dije que pensaba que me estabas engañando. Fue un arranque de celos y soledad, creía que tú me dejarías en cualquier momento, que alguien mejor estaría para ti. No quería sufrir tu pérdida, quería ser fuerte, por eso creí que acostándome con alguien más podría dejar de quererte. Es tonto lo sé, pero yo pensé que tú no me amabas, porque era yo quien siempre tenía que comenzar la cercanía entre nosotros, era yo quien tenía que decir lo mucho que te adoraba, para no recibir respuesta tuya. Sé que eso no justifica lo que hice, ni el dolor que te causé. Pero al menos quiero decírtelo por última vez, explicarte.
Aunque él hubiera aceptado mi propuesta, sé con seguridad que al final de la noche, no me hubiera acostado con él.
No supe ser fuerte para ti, no supe ser sincero y contarte todo lo que pensaba, cuando me sentía celoso, cuando quería tu cariño, tus besos y que me consolaras; no supe dejar las cosas claras y recurrí a un escape. No puedo verte a la cara, ni siquiera puedo mencionar tu nombre, por eso debes entender que no puedo ser tu amigo, al menos no por ahora, cuando lo que siento por ti no ha muerto.
Hoy sé que te he perdido, y no puedo hacer nada, y lo entiendo, es mi culpa.
No creo enamorarme nunca más, porque todo el valor que pude sentir para expresar mi corazón hacia ti en el breve tiempo que duró nuestra relación, se ha esfumado con esta carta y sus líneas.
Espero puedas vivir una larga vida, gracias por haber dado luz a la mía.
Adiós.
—SJY
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
