Hoy es viernes y temo de que él se confese sus sentimientos hacia a mí... Temo de que ella me ataque y más de esa chica que siempre me está vigilando a cada lugar al que voy. Sin duda tienes que ser Ayano, y a veces pienso que me quiero decir algo como: «ven aquí» o tal vez «no te acerques a tal persona». Miro hacia atrás y allí está de nuevo, pero está vez me hace señas para que vaya con ella. Me acerco y ella se cruza de brazos.
—Hay algo en ti que no me cuadra— dice ella. —Se supone que eres Yandere, pero... no haces lo que haría una Yandere—
Me tomo meses en olvidar todo eso, no quiero volver a recordar esos tiempos...
—Sé que no te gusta hablar del tema, pero te debo un favor por ayudarme a deshacerme de Osana—
¿Qué...? Yo nunca hizo eso, ni si quiera era mi intención, yo no quería que eso pasara. Es una perdida de tiempo hablar con ella si quiere meterme esas estúpidas teorías, además tengo que ir al entrenamiento. Empiezo a marcharme cuando me detiene, abre la puerta por donde iba a salir y un cubo de agua se cae, al frente está Suzuki enfadada.
—¿Quieres que te hable de mi oferta en otro sitio para que ella no lo escuche?— pregunta casi susurrando.
Supongo que no me queda otra opción, la sigo y me lleva hasta la azotea, allí aclara su voz y saca un cuchillo, me alego de ella pero Ayano sonríe.
—No te voy a hacer daño, ___. Le voy a clavar el cuchillo a Suzuki— dice. —¿Te parece bien? Así podrás tener tu final feliz, pero si otra chica se pone en tu camino te ayudaré a cambio de que tu me ayudes con mi Senpai—
No me queda de otra que aceptar la propuesta, ella sale corriendo con el cuchillo escondido. Voy al club y me cambio para luego ir al entrenamiento que hay en el jardín. Mina es la primera que se percata que estoy y me saluda, Budo me mira de reojo por unos segundos con cara neutra, parece que le afecto lo de la biblioteca...
Me disculpo por la tardanza y empiezo el entrenamiento, pero cuando miro a Budo al sentir su mirada mira a otro lado con cara de... ¿Asco? ¿Angustia? ¿Decepción? No sé describir su cara, pero es como si no tuviera sentimientos, como si le diera igual todo, ¿Acaso me pasé cuando le dije que no me besara porque tenía novia? Resoplo y me centro en el entrenamiento, me estresa de que no me hagan caso, sé que por eso parezco una niña chica, pero bueno, a todo el mundo le ha molestado más de una vez.
No lo veo durante unos segundo hasta que siento una de sus manos en mi, detrás de mis hombros, miro a tras y efectivamente, era él. Siento su respiración cerca de mi cuerpo, mira adelante y nuestras miradas chocan, ahora mismo siento escalofríos.
—Estás demasiado estresada— dice apartando la vista. —Eso puede hacer que tus movimientos sean torpes. Relájate— se va a su sitio y me deja pensando en su mano.
Me concentro, ya no me siento estresada al saber que me ha hablado y no está enfadado conmigo o algo por el estilo. Miro hacia atrás al escuchar el sonido de un móvil, es el Budo. Lo mira y chasquea la lengua, su expresión cambia de neutro a enfado. Se acerca a mi y sin mirarme dice.
—Vigila a la clase— no sé si es una opción o una orden.
No tengo otra opción, me pongo en su sitio y Mina sonríe al verme, le devuelvo la sonrisa. Miro a lo lejos y veo a Budo junto a... ¿Ayano? ¿Qué hace ella con él? Se supone de que ella me debe de ayudar y yo la ayudare con su senpai... A no ser que el Senpai de Ayano sea Budo... Tras los minutos Budo se va y Ayano viene hacia mi dirección, la miro con el ceño fruncido.
—No es lo que crees, créeme, si pudiera te lo diría pero no puedo— dice. —El dulce pastelito pronto estará envenenado— dice mascullando. Capté la indirecta.
—¿No lo ibas a hacer con un utensilio?— susurro y ella niega.
—Tal vez se podría quedar dormida, me hacen falta días de descanso— dice otra vez en susurro.
—Si haces eso que nadie lo vea, es más, puedes dárselo a la mafia— Ayano sonríe y se va.
Mientras Budo no se enteré todo irá bien, no descubrirán a Ayano y podrás obtener tu final feliz. Después de todo, ya tengo claro que no puedo tener a Taro y si no puedo tener a uno, tendré al otro...
