Próxima estación [BL] EN PAUSA.

4 ❄️

Después de colgar la llamada con Daehyun, salí al exterior donde él me esperaba. Mi corazón latía al compás de una melodía, la sangre ardía en mi cuerpo y una ansiedad inexplicable me envolvía. Todavía había tantas emociones dentro de mí que deseaba descifrar. Al llegar, lo vi parado con un paraguas, observando el cielo. No podía explicar lo hermoso que se veía en ese momento, como si fuera parte de la nieve y los rayos del sol que apenas tocaban su figura. De repente, Daehyun volteó hacia mí, notando mi ausencia, y me sonrió sonrojado. Me acerqué a él, quedando finalmente frente a frente.

—Eun, ¿listo para irnos? —preguntó, aún con esa sonrisa encantadora. Ruborizado, asentí tímidamente, provocando la risa de Daehyun. Me encanta cuando ríe... ¿ya mencioné que su sonrisa es hermosa?.

Ambos nos encaminamos hacia la estación, mientras el silencio agradable reinaba nuestro camino. Solo escuchábamos nuestros pasos y respiraciones, envueltos por la nieve que caía a nuestro alrededor.

Al llegar a nuestro destino, Daehyun ocupó un banco en la estación, extendiendo las piernas al tiempo que sacaba un cigarro y lo encendía. Antes de llevarlo a sus labios, me miró de reojo con una mirada intensa y señaló con la cabeza que me sentara a su lado. Me acerqué tímidamente, y una vez allí, no pude evitar sentirme intimidado por su imponente estatura. ¿Cómo alguien puede ser tan grande? De repente, el silencio volvió a reinar, siendo los suspiros de Daehyun el único ruido. No pude evitar mirarlo de reojo mientras observaba cómo llevaba el cigarro a sus labios, esos labios pomposos y rosados. Se veía tan atractivo...

—Disculpa, ¿el humo te resulta molesto? —inquirió con una voz seductora y ronca que me envolvía con su tono sugerente. Ruborizado, negué con la cabeza, evitando su mirada intensa. Daehyun sonrió, y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

—¿Estás bien? Hoy no has hablado mucho.

—Ah, lo siento. Es que no tengo mucho que decir...

—No te preocupes por eso. Puedes contarme lo que sea. ¿Qué tal si compartes algo sobre tus amigos o cómo te va en la universidad? —preguntó mientras sus delgadas y frescas manos se deslizaban por mi hombro.

Siempre que siento el tacto de Daehyun, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, una sensación tan intensa que no puedo controlar.

—Ah, ya llegó nuestro tren, vamos Eun —dice levantándose y extendiendo su mano, la cual sujeto rápidamente. Una vez de pie, nos subimos al tren y, esta vez, también estaba vacío. Tuvimos mucha suerte, la verdad...

—Ah, olvidé decirte, Eun.

—¿Qué cosa? —pregunté, curioso.

—El sábado haré una fiesta de bienvenida.

—¿Fiesta de bienvenida? —repetí— ¿Acaso será su cumpleaños?

—Sí —respondió con entusiasmo—. Pronto me independizaré, he estado quedándome en las habitaciones de la universidad, pero creo que es momento de mudarme. Me encantaría que vinieras.