Quasi nove

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Decidió que lo mejor sería escribir un diario. Plasmó cada sentimiento que lo invadía al pensar en Jimin y en el futuro que les fue negado.

Sus huesudas manos dejaron de escribir. Llamó al médico para decirle que no iría esta tarde, peo prometía asistí al siguiente día. Para entonces romper una promesa más, no carcomería su conciencia. Salió de su dejamiento con un rumbo en mente.

Desde que despertó, sintió que algo era distinto. Faltaba poco para llega hasta Jimin. Resguardó una caja bajo el brazo. Era la misma caja en la que Jimin guardaba las notas que le escribía Jungkook. Caminó con bastante esfuerzo, pero al menos así podría apreciar el inusual día soleado que les regalaba el invierno. Se quitó el abrigo y a los pocos metros lo dejó tirado. Le quedaba escasa fuerza. 

Jimin estaba bajo la sombra de un árbol, de su árbol. Se acercó hasta él y con tremendo esfuerzo, se inclinó. Sacudió el polvo en el nombre de su amado. Lo único malo de partir, sería que nadie cuidaría de la hermosas lapida cómo él. Sus rodillas cedieron y cayó al suelo. 

Sus brazos ya no le respondían y cuando pensaba pedir ayuda sintió que tiraban de él para levantarlo. 

— ¿Qué haces, cariño?

🫀 seguente 🧠

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