II

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Jisung estaba en la entrada de la universidad, (la cuál es un internado mixto) esperando a su madre y su amiga que traía a sus hijos, apenas eran las 7:00am y para Jisung ya era un pésimo día. A lo lejos pudo divisar el coche de su madre, era un Mercedes Benz negro que parecía brillar mas que su futuro. El auto se detuvo frente a él y la ventanilla del piloto bajo lentamente dejando ver a una mujer pelinegra frente a él la cual le regaló una gran sonrisa, pudo divisar a otra mujer en el asiento del copiloto la cuál sacudió una de sus manos en señal de saludo y él sonrió como respuesta.

- ¿Esperaste mucho? - preguntó su madre.

- No tanto, unos diez minutos más o menos - respondió mientras abría una puerta trasera y entraba al coche, solo se encontró con un chico rubio que iba dormido y aquello le sorprendió, ¿No sé supone que eran dos?.

- Perdón por pedirte que nos esperarás aquí, queríamos presentarte a Jeongin pero se durmió en el camino - dijo su madre mirando hacia atrás.

Jisung volvió a mirar al chico rubio junto a él, en efecto estaba dormido y se miraba realmente tierno con un puchero en su boca.

- Está bien mamá, ya nos presentaremos más tarde.

Su madre asintio y empezó a manejar adentrándose a la universidad. La universidad era un internado lujoso en el cual solo estudiaban los hijos de las familias más prestigiosas de Corea, rara vez daban acceso a una beca pero no duraban mucho allí ya que la exigencia hacia los becados era el triple por parte de la universidad.

Jisung era el chico más popular allí, provenía de una de las dos familias más influyentes del país, para todos tenía la vida perfecta, pues era hijo único. Han Jisung era respetado, envidiado y odiado por muchos en aquella universidad, muchos lo calificaban como una persona arrogante y egocéntrica, y en parte tenían razón, pero solo sus amigos sabían que también podía llegar a ser una masita.

Llegaron al parqueadero de la universidad, los estudiantes empezaban a entrar a sus facultades, Jisung bajo del coche ganándose la mirada de todos en el lugar, aquello le gustaba. Su madre y su amiga bajaron también y se colocaron a un lado suyo.

– Está demasiado cambiada – habla la amiga de su madre.

– Lo se, cuando estudiábamos aquí teníamos uniformes, ahora ellos pueden vestir como quieran y los uniformes solo se utilizan en ceremonias.

Jisung estaba cero interesado en escuchar la conversación que tenían las dos mujeres, solo quería entrar de una vez e irse de ahí. Miro como unos hombres parte del personal de la universidad se encargaban de bajar las maletas del auto con mucho cuidado, y justo en ese momento recordó algo.

– ¿Dónde está el otro? – pregunta llamando la atención de las mujeres – ¿No eran dos? – preguntó en dirección a Soyeon, la amiga de su madre.

– Minho no demora en... – un fuerte ruido de auto se escuchó atrás suyo, todos los estudiantes del lugar salieron a ver quien venía e incluso se asomaban por los balcones.

Jisung giro su cuerpo y pudo divisar un Lamborghini Veneno gris acercarse a ellos, claro, tenía que ser un maldito presumido. El auto freno justo frente a él y la puerta del piloto se alzó dejando salir a un chico más alto que él, de cabello negro y piel blanca que vestía completamente de negro y aún así se veía elegante. Los murmullos de todos los estudiantes allí no pasaron desapercibidos para Jisung, en especial el de las chicas que parecían querer tirarse sobre el nuevo.

– Lamento la tardanza – hablo parándose a un lado de Jisung y pasando una mano por su cabello negro – pare a tomar algo y no medí el tiempo.

Jisung rodo los ojos, llevaba doce años sin verlo pero seguía siendo tan irritante para él. La puerta trasera del Mercedes Benz de su madre se abrió dejando ver al chico rubio que estaba durmiendo allí, Jisung se había olvidado completamente de él, todavía parecía algo adormilado y el puchero en sus labios aún no había desaparecido.

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