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cristian siempre había sido reactivo. como bien había dicho en su momento brian sarmiento: “lema es un pan de dios, pero no lo hagas enojar porque te rompe todo. está loco” 

ese partido no era como los otros; era un superclásico, o sea, ganar o morir, pero se ve que el arquero del equipo millonario no había visto la entrevista. al finalizar el encuentro, hubieron ciertos reclamos al árbitro, en los cuales claramente cristian estaba metido. y entre varios empujones, agarrones y malas caras, recibió un cortito de armani. quizás si se pudiese haber defendido, la historia sería otra, pero no se dió así. 

“pedazo de cornudo! gorreado de mierda, qué me pegas?” reclamaba el central, mientras que el otro solo se reía burlonamente.

lo esperó en el túnel, pero franco se escondió entre sus compañeros. era echarle leña al fuego.

[...]

como arte de magia, cristian se encontraba observando al arquero mientras este se terminaba de cambiar. estaban solos, un panorama perfecto. 

entró al vestuario y lo tomó del cuello, armani estaba de espaldas por lo que no había visto al otro entrar. lo estampó contra la pared y refriego su bulto en el culo del mayor, quién intentaba zafarse del agarre pero ni con su mejor intento podría lograrlo.

“¿qué te pasa, loquito? ¡soltame!” reclamaba el arquero, pero cristian no parecía escucharlo.

agarró a franco del pelo y lo tiró al piso, para luego subirse encima de él y comenzar a atacar su cuello con besos húmedos y mordidas. le tenía las manos arriba de la cabeza, por lo que el rival no podía hacer más que moverse de un lado al otro, sin escapatoria.

“a mi no me gusta que me peguen, menos que se hagan los cancheros. ¿quién sos, armani?” preguntaba lema entre risas.

“campeón del mundo, culo roto. ¿y vos? ¿campeón de qué?” respondió con bronca.

ahora, cristian le sostenía las manos con una sola de las suyas. con la otra, le pasaba el pulgar por los labios al arquero millonario.

su mirada perdida vagaba por los belfos del contrario, mientras se relamía y mentalizaba que iba a hacer después. 

lo besó con brusquedad, no era un beso lindo; intentaba hacerle daño, humillarlo. le mordió el labio y sonrió de lado saboreando la sangre que comenzaba a brotar, mientras que armani cada vez iba debilitándose más ante cristian.

“¿ya no peleas? ¿te cansaste? a mi me encanta cuando me dicen que no. cuando lo gritan, lo lloran. ¿no sentís lo duro que me pusiste?” lema lo tomó de la cintura y le apoyó su erección, pero quedó un poco sorprendido al no sentir un bulto también en la entrepierna del contrario.

franco aun tenía los labios brillosos y colorados, y por sus mejillas caían lágrimas. negaba con la cabeza, a la vez que empezaba a sollozar y a intentar tenerse el short, anticipando lo que lema quería ver.

cristian lo manoseó por encima del short, sorprendiendose cuando dicha parte de su anatomía no coordinaba con el contrario. ¿tenía vulva? 

armani intentaba cerrar las piernas, se negaba, lloraba e intentaba quitarse al menor de encima, quién seguía molestando con su dedo del medio esa parte tan sensible y secreta de él. 

“¿tenes conchita? ¿sabés que te voy a hacer mierda, no?” le decía lema mientras le bajaba el short deportivo que traía puesto, y también sus bóxers. 

“c-cristian, basta. no quiero, por favor no me veas…” suplicaba franco, tapándose como podía. 

pero a cristian no le podían importar menos sus súplicas. con los cordones de sus botines, le ató las manos nuevamente arriba de la cabeza y le quitó la camiseta, para comenzar a besarle el cuello, el pecho y el abdomen. el mayor lloraba y se negaba, pero ya no intentaba huir. era inútil. 

“sos una putita hermosa, franquito. ¿tus compañeros saben de ésto? yo te garcharía todo el tiempo, te tocaría… aunque me digas que no te gusta.” decía cristian, mientras sacaba una bolsita con un polvo blanco. 

dejó un poco de ese polvo en el vientre de armani, y lo acomodó hasta que se arme una línea. el contrario miraba atentamente como lema esnifaba el contenido, para después pasar su lengua varias veces, procurando dejarlo limpio. 

“¿t-te drogas?” preguntó tímidamente el mayor.

“solo cuando tengo que cogerme a trolas como vos.” le respondió.

cristian dejó varios besos en la intimidad de franco, luego humedeció la zona con su lengua, hasta que quede lo suficientemente lubricada. 

volvió a besar a franco mientras introducía dos dedos en su vagina, el mayor ahogaba sus gemidos en la boca del otro. sentía que le picaban las encías, luego, las sentía adormecidas. ¿era la cocaína? ¿o el éxtasis del momento?

lema lo cogía con sus dedos, y disfrutaba cuando el contrario se mojaba y su intimidad cada vez se veía más enrojecida. armani movía sus caderas, con su mirada llena de lujuria posada en el menor. gemía y se mordía el labio, no podía negar que se sentía maravilloso, aunque estuviera mal.

cristian quitó sus dedos y azotó varias veces la vulva del contrario, sonreía de lado notando como el clítoris del chico cada vez lucía más hinchado, y claro, la desesperación que tenía por recibir más placer era obvia.

“¿te podés embarazar?” preguntó cristian. 

franco estaba confundido, negó con la cabeza.

“no lo sé, p-pero… ¿por qué?” respondió armani.

lema dejó ver su erección, estimuló el clítoris del contrario unos segundos mientras tanteaba su entrada. se aferró con fuerza a sus caderas y arremetió sin pensarlo contra el mayor, quién dejó salir un grito desgarrador.

cristian lo penetraba con fuerza, no estaba en sus casillas, hacía rato que no lo estaba. le dejaba mordidas en el cuello mientras lo cogía sin cuidado alguno. 

no le tomó mucho tiempo a franco acostumbrarse, y ese dolor se transformó en placer, el cual lo hacía confundir, peor que cualquier droga.

“¿te gusta que te agarre así, putita? dale decime. ¿cuántos bosteros te llenan de leche por día? espero ser el único, porque si no te mato.” dijo lema, para luego plantar un beso desesperado en los labios del mayor.

“¡sos el único! ¡te lo juro!” respondió armani entre lágrimas.

“te voy a acabar adentro, ¿querés? si no querés me chupa un huevo.” advirtió. 

franco se negaba con la cabeza, pero su cuerpo lo traicionaba. abrazaba con las piernas a cristian y arqueaba su espalda, buscando más placer, hasta llegar a su orgasmo. lema lo embistió unas veces más y lo llenó de su semilla. aún así, siguió moviéndose y más bruscamente todavía. 

armani se abría más de piernas, sonrojado porque estaba manchandose a él y al otro con sus fluidos. llegó a tener un segundo orgasmo, sentía que tocaba el cielo con las manos; jamás había sentido algo así, ni con su mejor pareja.

cristian salió del chico y le desató las manos, jadeaba e intentaba recuperar el aire a su lado. el corazón le latía a mil por hora, pero amaba esa sensación.

“no me pegues más, bonito. la próxima te voy a hacer doler en serio.” le dijo mientras le besaba el cuello.

armani frunció el ceño e hizo puchero. “y vos no me digas que soy un cornudo.” recriminó. 

“tu novio si lo es.” rió cristian, para luego fundirse en un beso con el mayor, acariciando su cuerpo y saboreando su boca.

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𝖼𝗈𝗋𝗍𝗂𝗍𝗈 » 𝖼. 𝗅𝖾𝗆𝖺 & 𝖿. 𝖺𝗋𝗆𝖺𝗇𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora