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Era un día soleado, donde las personas decidían ir a piscinas o playas a intentar refrescarse. Entre todas estas personas, se encontraba un grupo de amigos, conformado por cuatro jovenes;Tom, Jake, Aiden y James.
En este momento se encontraban en la camioneta de James, estando Aiden, su novio, de copiloto; dejando en los asientos traseros al azabache y al peliazul. Se dirigían a la piscina mientras oían música a todo volumen.
Y mientras todos se divertían, el mayor del grupo, Tom, se le observaba nervioso, desde que el chico de cabellos bicolor le comentó la idea de salie en grupo, estuvo planeando (o un intento de esto) como acercarse a Jake de otra manera, una no muy de amigos. Miraba por la ventana, sumergido en su mente, no salió de ahí hasta que sintió un repentino peso en su hombro. Dirigió su mirada a su costado, viendo a Jake gustosamente acomodado.
── ¿Jake? ──murmuró confundido, siendo opacado por la ruidosa música de fondo.
── Tom, ¿Crees que falte mucho? ──preguntó, posando sus ojos en los contrarios── Muero de calor ──quejó mientras tomaba su propia camiseta y la estiraba repetidas veces en un intento de refrescarse.
El mayor sintió sus mejillas calentarse, y no precisamente por el radiante sol.
── Ehh... No creo que falte mucho──respondió nervioso.
Jake era una persona que por alguna extraña razón, amaba robar el espacio personal de Tom cada que tenía la oportunidad. No importa cuanto tiempo pasé, Tom seguía sin acostumbrarse y terminaba por avergonzadose a más no poder.
Toda la escena reciente era observada por el chico copiloto a través del espejo retrovisor. Mostraba una sonrisa, feliz ante la idea de que sus amigos puedan formar una relación romántica. A veces no le entraba en la cabeza como es que ninguno de sus dos amigos, se daba cuenta de los claros sentimientos de el otro.
Y mientras pensaba, su novio se percató de su notable silencio, aprovechando en hablarle cuando el semáforo se pusó en rojo
── ¿Sucede algo, Aiden? ──preguntó divertido al ver las muecas raras que hacía su contrario de forma tan repentina.
El nombrado se limitó a señalar con el pulgar hacia atrás, ante su acción, el moreno giró su cabeza, viendo la escenita formada por Jake y Tom, para luego rodar los ojos.
── Me desespera lo idiotas que pueden ser ──tosió disimulando su hablar, ya que la música llegó a su final.
──¿Idiotas quiénes? ──se unió de repente Jake a la conversación, apoyándose entre las sillas de James y Aiden.
Los dos chicos se asustaron, dando ambos un pequeño salto como respuesta.
── Ehh... Nadie ──esquivó la pregunta el de cabellos bicolor.
