La sangre aún goteaba de la frente de Ali, latiendo de dolor. Las lágrimas brotaban en sus ojos, pero las contuvo con fuerza.
— No estás solo, Ali. — Nazli dijo con la voz embargada por la emoción. — Estoy aquí contigo, y todos tus amigos también.
Las palabras de Nazli calmaron su corazón.
— Gracias, Nazli. — Dijo él con la voz aún temblorosa. Ali no era bueno demostrando sentimientos hacia los demás.
— Ahora, vamos a limpiar esa herida y hablar con el Doctor Adil. Él sabrá cómo manejar esta situación.
Ella sacó un pedazo de tela limpia del bolsillo y lo presionó contra la herida de Ali. Él se estremeció de dolor, pero pronto se calmó bajo el toque suave de Nazli.
Al llegar a la consulta, Nazli relató lo que había sucedido al Doctor Adil, quien escuchaba con atención y preocupación.
— Esta situación es muy seria, Nazli. — Dijo el Doctor Adil, reflexionando sobre los eventos que se habían desarrollado. — Ferman no demostraba aprecio por Ali al principio, eso era evidente, pero con el tiempo, se hicieron amigos, con Ferman asumiendo un papel de mentor para Ali.
— Nunca lo vi tratar a Ali de esa manera antes. — Continuó, la perplejidad evidente en su tono. — Algo le perturba profundamente, algo que lo llevó a actuar de manera tan hostil.
— ¿Qué podemos hacer? — Preguntó Ali, ansioso.
El Doctor Adil puso la mano sobre el hombro de Ali, un gesto paternal que transmitía apoyo y comprensión.
— Primero, hijo mío, vamos a cuidar de tu herida. Luego, necesito hablar con Ferman a solas, entender qué lo motivó a actuar de esa manera.
— Está bien, padre. — Respondió Ali, su voz aún cargada de tristeza, pero con la esperanza de que el Doctor Adil resolviera la situación.
Adil no era el padre biológico de Ali, pero el vínculo que los unía era más fuerte que la genética. Desde que Adil lo adoptó cuando era solo un niño, después del abandono de su padre biológico que lo culpaba por la muerte de su hermano, Adil lo acogió como a un hijo, creando un lazo de amor y respeto que lo acompañaría para siempre.
Ali asintió, aún conmocionado por las palabras de Ferman, pero con la esperanza de que el Doctor Adil, con su sabiduría y compasión, pudiera restaurar la armonía entre ellos.
Mientras el Doctor Adil cuidaba la herida de Ali, Nazli permaneció a su lado, ofreciendo apoyo y consuelo. En ese momento, Ali se sintió amparado por la amistad y el amor de sus amigos, un sentimiento que lo fortalecía y le daba la esperanza de que juntos superarían cualquier obstáculo que se presentara en su camino.
[...]
Después de cuidar la herida de su hijo, Adil ordenó que Nazli y él fueran a cuidar a los otros pacientes y llamó a Ferman para una conversación en su oficina.
Tan pronto como entró en la sala, Ferman preguntó:
— Dr. Adil, ¿necesita algo?
El médico, consciente de lo que pretendía abordar, lo invitó a sentarse:
— Siéntate, Ferman, por favor.
— Ahora dime, ¿qué te llevó a tratar a Ali de esa manera?
Ferman suspiró profundamente antes de responder:
— Me irritó un poco cuando entró en la sala de cirugía... Estaba operando a un niño. Podría haber ocurrido algo grave.
Desviando la mirada, incapaz de mirar al Dr. Adil a los ojos, Ferman sentía el peso de la culpa y la vergüenza.
— Ferman, debes tener más cuidado con tus acciones y palabras hacia Ali. No podemos tolerar tus errores, pero debes entender que su cerebro funciona de manera diferente. ¿Sabías que tuvo una crisis? — Preguntó el Dr. Adil.
La expresión de Ferman se retorció en una mezcla de sorpresa y culpa.
— ¿Crisis? ¿Qué tipo de crisis? — Preguntó él, con la voz cargada de preocupación.
Adil describió la escena que Nazli presenció, con Ali lastimándose al golpear la cabeza contra la pared y llorando copiosamente. Al escuchar las palabras del médico, el corazón de Ferman se apretó.
— No lo sabía... — Murmuró él, con la voz baja y llena de remordimiento. — Nunca quise que él se lastimara.
Él puso la mano sobre el hombro de Ferman:
— Sé que no, Ferman. Pero debes tener más cuidado con tus palabras y acciones. Ali es un joven especial, con un talento increíble. Él necesita nuestro apoyo y comprensión.
Ferman asintió, absorbiendo las palabras del médico. Se sentía horrible por lo que había hecho.
— Voy a pedir disculpas a Ali. — Dijo él, con la voz firme. — Voy a explicar que no fue mi intención lastimarlo.
— Eso es bueno, Ferman. Pero no basta con solo pedir disculpas. Debes demostrarle que realmente te arrepientes.
Ferman asintió nuevamente, decidido a hacer las cosas de la manera correcta. Salió de la oficina del Dr. Adil con un peso en el corazón, pero también con la esperanza de que pudiera corregir el error que había cometido.
Lo que nadie sabía era que Ferman también tenía a alguien especial en su vida. La persona más importante para él, por eso estaba tan nervioso y terminó descargándose en la persona equivocada. Pero era hora de pedir disculpas.
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Ali y Ferman: Un amor inesperado (ferAli)
RomanceEn medio del caos del hospital Berhayat, un encuentro inesperado cambia el destino de dos hombres: Ali Vefa, un joven residente de cirugía con autismo, y Ferman Eryiğit, un renombrado cirujano pediátrico. Ferman, inicialmente impaciente con las pecu...