La otra historia

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31 de diciembre, 1990

"Mamá, ¿puedes venir un segundo?" llamé mientras la observaba arrastrar a un tipo por el brazo, llevándoselo a una habitación.

Ni siquiera se dio vuelta para mirarme. "Ugh... ¿Qué quieres, ratita? ¿No ves que estoy ocupada?"

Me quedé allí, sintiendo el peso de sus palabras presionando sobre mí. "Mamá, solo quería decirte que casi es medianoche, es un nuevo año—¿no vamos a pedir un deseo?"

Se detuvo por un momento, casi divertida. "¿Pedir un deseo? Ja, esa es buena. Pero ¿sabes qué? Ojalá tú y tus hermanos simplemente desaparecieran. ¡Ahora, vete!"

Sus palabras fueron frías, duras. Sentí que mi corazón se hundía, pero no discutí. Ella siempre era así.

El Diario De Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora