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Podía ser demasiado cliché pero ahora necesitaba eso, no era que lo quisiera volver a ver o algo parecido solamente velaba por los intereses de su negocio.
—Necesito que me prestes a tu novio.— Habló firme y claro dirigiéndose a la silla en frente de Bang.
—¿Qué? ¿Por qué debería?— ¿Por qué o para qué lo necesitaba?
—Porque soy tu Jefe.— dijo burlón.
—¿Y eso qué? Felix no trabaja para ti.
—Pero lo hará y tú te encargaras de convencerlo.
—No, él no puede trabajar aquí ¿Qué excusa le pondré para ir a ver a Jisung?— Sí a Hwang se le ocurría contratarlo todo sería un gran desastre, ya no abrían excusas de trabajo para llegar tan tarde, sabía que Felix sería capaz de esperarlo.
—Por eso tú vas a idear un plan donde no salgas perjudicado.— Levantó ambos hombros restándole importancia a las preguntas del menor.
—Pero ¿Para qué lo quieres? Mira Hyung no me gustó nada tu actitud en la fiesta.— Y era cierto, a nadie le gusta ver su pareja se restriega en el regazo de otro có si?
—Eres estúpido Bangchan en serio que si, ya te he dicho que fue porque me empujaron y no podía dejarlo caer a él. — Hwang no mentía, sabía de la mejor manera que su intención no era llegar más allá que un simple roce.
—Ajá, pero no me has dicho para qué lo quieres, porque si es para bailar entonces olvidalo.— Bang hizo un gesto de desagrado y giró su cabeza para poner atención a los documentos en su mano.
—Mocoso insolente, no voy a disculparme otra vez por ese acto y lo sabes, ahora referente al préstamo es porque las gringas creen que él es mi pareja.
—¿Les dijiste eso?— Chan estaba sorprendido, no pretendía prestar a Felix.
—¿Una cucaracha es la que maneja tu cerebro Bang? Deja de ser estúpido.— giró sus ojos e hizo una mueca de desagrado, todo lo hacía por el trabajo nada más.
—Olvidalo, no presto a mi Felix.— Se rehusaba al trato que le ofrecía Hwang.
—Entonces vendemelo, este es el trato y traigo efectivo.— Comprarlo no estaría mal, el niño conocía muy bien las diferentes áreas económicas, era presentable y por lo menos tendría un acompañante diferente a la joven kim.
—¿Cuanto ofreces?— Preguntó bromeando.
—La cantidad que quieras pero lo necesito por 6 meses.— Hwang habló serio, en realidad ese niño había caído tan bien en la antipática y rara conversación.
—¿6 meses? Eso es demasiado.— El azabache seguía su juego esperando a ver hasta donde llegaba Hwang Hyunjin.
