Capitulo 32

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"Yo prometí y me juré a mí misma que no volvería a enamorarme después de lo que sucedió, pero eran las 2:30am, ambos nos reíamos sin parar y en ese momento me sentí completamente segura de algo, lo amaba, y no quería perderlo"
Att: LoveYourself

—¡Ay por favor, eso no suena muy Ares Hidalgo de tu parte! —me queje, mientras intentaba abrir un ponqué.

Llevábamos rato hablando sobre nosotros. Desde que nos conocimos, se había vuelto algo común entre nosotros.

Me gustaba escucharlo hablar, conocer más de él y descubrir más sobre su pasado y su vida.

¿Eran ideas mías o cada vez hacían estos empaques de los ponques más difíciles de abrir?

—Es que sí, eso es algo muy personal como para hablarlo con cualquiera —Se defendió, vi como fruncía lentamente sus cejas, pensando por un momento— Aunque técnicamente. Ya no eres cualquiera, así que tengo que ser sincero contigo.

—¿Cómo que cualquiera?

—Oficialmente eres mi novia — me recordó.

—Tu novia, qué bonito suena eso —comente en voz baja.

Vi como una sonrisa se formaba en sus labios, él se acercó mas a mí.

¡Mierda, lo había pensado en voz alta!

—Sí Emma, eres mi novia —repitió cerca de mí, depositando un pequeño beso en mi coronilla— Pero... Aun sigo sin querer contarte eso pequeña radioperolito —volvio a recostarse en la manta riendo

—Pues disculpe usted mi majestad — me burlé, intenté de nuevo abrir el paquete.

Esto tenía que ser un chiste.

Estuve a punto de pedirle ayuda a Killian, cuando él se acercó a mí quitándome el ponqué de las manos.

—¿Qué te pasa? —me quejé.

—Tienes como media hora intentando abrir la bolsa —comentó riendo, tiro de los lados del paquete y me lo entregó abierto— Listo, ahora ya no tienes que seguir peleando con la bolsa.

—Gracias —dije en voz baja con algo de vergüenza.

¿Cómo era posible que una bolsa fuera más fuerte que yo?

—Sí sabes que lo hice para que fueras caballeroso, ¿No? —comenté con fingida indiferencia.

—¿Yo, caballeroso? —pregunto riendo— pero si eso ya lo soy.

—Claro que no, un caballero no dejaría a una doncella sin su dosis de chisme, y tú mi querido amigo, no me quieres contar, así que eso te hace ser un simple mortal —Killian comenzó a reírse y negué con la cabeza, le di un sorbo a mi juguito y lleve un trozo de ponqué a mi boca, fingiendo estar indignada.

Un silencio nos rodeo a ambos, parecía pensativo, como si estuviese intentando recordar algo.

—Creo que 24 —comentó mecánicamente.

—¿Qué? —no entendía a qué se refería, me había perdido en la convención como siempre que hablábamos, y ya no recordaba que habíamos dicho minutos atrás.

—24

—¿24 qué Killian? No entiendo —pregunté aún confundida.

—Me preguntaste que a cuántas chicas había visto sin ropa, creo que 24 —respondio aún pensativo.

—¿¡24 chicas Killian!?

—Si —aún seguía pensativo

—¿Estuviste con todas ellas?... Pero, me habías dicho que solo habías estado como con 4 chicas, mas o menos, ¿De donde salieron las otras 20?

Love Yourself, Emma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora