La familia gomez tenia cuentas pendientes que saldar con la mafia escandinava, para ello hicieron lo mas lógico que podría haber hecho alguien de su clase social...
Me levanté a las 19:00 para dirigirme a mi trabajo en ruta 8, creo que es obvia mi profesión. Sin embargo, después de poner mi largo y sedoso cabello rizado en un desaliñado rodete y vestir lo primero que encontré en el volquete de al lado.
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me deslicé con rapidez en el tubo de streap tease hacia el container inferior. Salude a mis padres y a mis 25 hermanos: Sabina, Honoria, Tránsito, Hijinio, Hfano, Hilario, Jacinta, Candido, Teoncia, Castulo, Gerbancia, Epifanio, Jaudelia, Eufenio, Eustaquio, Brigida, Meliton, Leonila, Nicanor,Mmartina, Rébulo, Teodora, Teódulo, Tibursio y Celso. Antes de dirigirme hacia la puerta de casa mi padres me obstruyeron el paso, diciendo que debian hablar conmigo. Justo en ese instante sonó el timbre (Mi caniche toy ladró) y mis padres rápidamente fueron a abrir y ahí los vi. Los hombres mas guapos, que mis globos oculares habian visto. Mis ojos color caca no podian parar de verlos; eran los inalcansables Joan Olavarria y German Pellegrini, ganadores invictos de los e-sports de riot. Los vi entrar y su presencia imponente hizo temblar la punta de mis cabellos rizados. Ambos ingresaron en nuestra humilde morada, portando un parlante bluetooth Philco Djp11p portatil, en el cual estaba sonando Shake Your Booty de KC & The Sunshine Band. En ese momento se presentaron:
- Hola, somos...
Los interrumpí diciendo
- Si, ya se quienes son, son los únicos, inigualables, guapos, poderosos, asombrosos, muy hermosos, los preciosos, armoniosos, muy buenos socios, misteriosos, buena gente, detergente, muy majetes, inteligentes, nada ojetes, irreverentes, los exponentes, muy perfectos Joan Olavarria y German Pellegrini, dueños de hormonas de los adolecentes, provocadores de pajas en los indulgentes.
Al oirme, ambos dijeron
- Sehhh
orgullos de ser reconocidos mientras a la vez realizaban un épico saludo de saludo de manos y pies, y sus pelvis se movian al ritmo de la música. Jamás habia visto un despliegue de tal epicidad, el movimiento que sus cuerpos prosesaban, emanaba homosexualidad y demostraban hermandad, complicidad, complejidad y magnaninidad.
