𝕊𝕪𝕟𝕠𝕡𝕤𝕚𝕤

522 28 1
                                    

14 de noviembre de 1915

Corría bastante apresurado, se le había hecho tarde por haberse quedado en las clases extras de la escuela. Sabía de antemano el regaño que le esperaba en su casa. Ya era de noche, y andar por ahí era extremadamente peligroso.

Cruzó unos cuantos callejones y por fin llegó a su pequeña morada. Ingresó con cautela y raramente no vió a nadie. Estaba vacía. Quizás su padre aún no ha llegado.

Ah, ya lo sabía. Estaba en alguna cantina bebiendo.

De eso no tenía la menor duda.

Pero... a fin de cuentas no importaba. Y será mejor que se prepare para dormir antes de que regrese, porque o sino, no la libraba.

Y no era que lo golpeaba ni nada por el estilo. Si no que empezaba a darle órdenes y decir comentarios minimizantes hacía él por ser Omega.

Tenía un hermano, él era alfa, el "orgullo" de su papá. Pero estaba en la cárcel por robo.

Y Jeongin se preguntaba cómo podía seguirlo defendiendo después de todo lo que su hermano hizo. Aún así, no decía nada en voz alta, porque sabía que se ganaría un insulto.

Se dió una ducha y después se colocó una pijama. Preparó una leche caliente y se acostó en su cama, recargado de el respaldar. Antes de dormir le encantaba leer, y una de sus obras favoritas recientemente era The Scarlet Letter. Eso lo ayudaba a distraerse y evadir su realidad. También, cada párrafo bien narrado y escrito le inspiraba a querer convertirse en un escritor en un futuro.

Mientras leía el capítulo marcado con sumo cuidado y concentración, escuchó un ruido fuerte afuera. Dió un respingo y salió de la cama dejando el libro encima de esta. No quería asomarse porque aveces eran pueblerinos tirando piedras, y una vez se le pegó una por andar de fisgón.

Así que prefirió volverse acostar.

El ruido no cesaba, se hacía cada vez más intenso. Así que empezó alarmarse.

Escuchó que alguien corría a toda prisa hacia la dirección de su habitación. Se asustó, pero se relajo al ver qué era su padre. Su expresión notaba terror, estaba sudado, pecho subía y bajaba.

¿Papá? ¿Qué sucede? — Se levantó rápidamente y fue hacia él.

Tienes que huir, ahora mismo - Dijo. Jeongin abrió los ojos de par en par, no entendiendo nada. Jeongin! ¡Vete de aquí! Ordenó exasperado. ¡Vete lejos

Pero ¿Por qué? ¿Qué sucede? - Empezó a preguntar con el miedo instalándose en su cuerpo.

No le dió tiempo de responder cuando unos hombres entraron a la casa. Jeongin se refugió detrás de su padre, temblando.

Los hombres empezaron a saquear la vivienda, a buscar en todos los lados, abrir cada cajón, a tirar cada mueble que estaba en medio. Se llevaban las joyas, las sillas de caoba y algunos cuadros valorados.

Jeongin empezó a sollozar. Su padre lo resguardo detrás de él, erguido y listo para atacar a cualquiera que se atreviera acercarse.

De pronto, otro hombre ingresó a la casa, pero este no estaba robando nada. No era muy alto, pero intimidaba, de cuerpo fornido, su cabello negro estaba peinado hacia atrás y tenía un parche en su ojo derecho. Detonaba imponencia, frialdad y crueldad.

Su ojo se dirigió hacia donde estaban ellos, pero más específicamente; hacia él.

Jeongin tembló y se escondió detrás de su padre, sintiendo los huesos de su cuerpo congelarse.

Este es mío

Lo escuchó que dijo. No entendió nada hasta que vió como un hombre se acercó a ellos. Su padre intentó atacarlo, pero este le dió una patada en el estómago y luego lo lanzó al suelo. Jeongin soltó un grito y se agachó, pero no pudo socorrerlo, el hombre lo levantó y se lo colocó en los hombros.

¡No! ¡Sueltenme! ¡Por favor! ¡Papá! - Chillaba mientras lo sacaban fuera de su casa.

El hombre de el parche los seguía. Parecía que era el jefe.

Notó que las casa de el pueblo estaban destruidas en su mayoría y otras incendiadas, la gente corría despavorida intentando ponerse a salvo.

Jeongin empezó a llorar y rogar por su vida. Eran piratas, y ellos suelen secuestrar a las personas para pedir por un rescate y si no lo obtenían, las asesinaban.

A pesar de su llanto y suplica, no fue apiadado. Lo ingresaron a un gran barco que estaba en un muelle y lo dejaron en una habitación.

¡Por favor, no me dejen aquí! ¡Por favor! – Le suplicaba al alfa que lo había traído. Él se zafó con brusquedad y salió de la habitación.

El alfa que tenía el parche entró más atrás. Jeongin retrocedió con miedo, lagrimeando.

Él lo miró con indiferencia, con frialdad. Su olor era bastante fuerte, como café.

Señor, por favor, déjeme ir. Vivo con mi papá y no tenemos dinero. Si quiere... tengo unas joyas guardadas, no son muchas... pero si las vende le saca buen dinero. Por favor- Rogaba en un hilo de voz. No quería que lo mataran, y deseaba en el fondo de su corazón que aceptara eso.

Eso no me importa Se acercó a él peligrosamente. Jeongin retrocedió asustando. Él pareció no gustarle, porque soltó un gruñido gutural que hizo sus músculos tensar. No quiero dinero te quiero a ti Y lo acorraló en la pared

Jeongin pestañeo incrédulo, atónito.

¿A-a mí? ¿P-para qué? - Pronunció aturdido.

Él sonrió con frialdad

Vas hacer la madre de mis hijos





Adaptación de MoondlAle 💕

Captain BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora