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Lunes 26 de Abril, 6:45 a.m

Una cálida mañana se asomaba en esta hermosa escuela SUEM-SEAD, el termostato marcaba 20° a pesar de la hora y podía olerse el aroma a polvo y algo de perfume barato dentro de la escuela. Quizás algo que fastidiaba a nuestra protagonista la Señorita D. era el interminable sufrimiento de haber caído tan bajo para terminar en esta escuela o quizás el prominente calor que podía sentir a pesar de ser tan temprano.

La Señorita D. era bien conocida por tener un cuerpo algo... Excepcional, con unas caderas de 50, una cintura de 25 y unos pechos exageradamente grandes. Para que se puedan dar una idea más clara, la copa D no le hacia justicia a sus prominentes pechos que poseía con algo de recelo y a veces podía verse jactándose de ellos, los llamaba coquetamente "Melones" quizás por morbo o simplemente por pena pero era algo que muchos notaron a pesar de que llegó con una sudadera oscura intentando disimularlos.

Con haber puesto un solo pie en el edificio pudo sentir una cantidad considerable de miradas algo curiosas y algunas otras siendo de lujuria total. Ella sabía perfectamente que su cuerpo era algo inevitablemente llamativo y eso le causaba ciertos placeres, ya que disfrutaba tener a todos los chicos detrás de ella, haciendo cualquier cosa por estar con ella y al final todos recibían lo mismo, su rechazo. No estaba dispuesta a perder su inocencia, no a menos que se tratará de su amor imposible... Héctor.
Un chico que en pocas palabras se podría llamar "Chakal" de estatura baja grandes músculos y un ego que podría ser casi intocable pero secretamente había sido un chico excesivamente caliente y dispuesto a hacer todo lo posible por un buen recoston con una delicia como ella.

– Hola mamacita, veo que estás muy arropada quieres que te caliente un poco? – Vocifero el Chakal mientras hacía un gesto obsceno con las manos muy indiscretamente

– ¡En tus sueños Héctor! No quiero solo ser una chica más de tu lista, tienes fama de ser todo un mujeriego – a pesar de sus palabras la Señorita D se sentía algo valiente en esos momentos pues la atención tan precoz del Chakal la emocionaba de sobremanera

Después de esa casi inexistente charla la Señorita D dió un giro de 180° sobre sus talones para dar marcha a su salón rápidamente, sin embargo sintió una mano áspera posarse en su cintura y sujetarla firmemente, dió un giro rápido para encontrarse de frente a él Chakal con una mirada entre dientes de todo un cazanoba, sabía lo que él quería pero no deseaba que fueran tan rápidas las cosas, ella no quería ser deseada solo por su cuerpo.

– No puedes irte tan rápido mujercita, con ese cuerpo es inevitable que cualquiera intenté sobrepasarse contigo – El mantenía firme su agarre sobre ella a pesar de la situación no se veía nada preocupado parecía incluso que lo tenía todo bajo control

– No puedes retenerme aquí Héctor, soy libre de hacer lo que quiera y sé cuidarme perfectamente así que gracias, pero no. – Escurriendose de su mano empezó a caminar rápidamente por fin ya libre de sus brazos y algo avergonzada

Ya en los pasillos se encontró con su mejor amigo y primo "Prieto-Chan"; un chico de 1.80cm de altura, piel morena y una voz quebradiza baja. A simple vista podría decirse que era un chico tranquilo, pero en compañía de la Señorita D cambiaba brutalmente, adoptaba una personalidad más protectora y alegre casi pareciendo que sus ojos adoptaban un brillo único lo cual a vista de cualquiera que desconociera su relación podría pensar que tenian una relación mas íntima.

– Primita Mía ¿sabes que te quiero mucho verdad? – Dijo con un tono algo dulce en su voz pero la Señorita D no era tan tonta para caer tan fácilmente.

– Jajaja, claro que sí Primo pero a mí no me engañas, ¿que es lo que buscas? – a pesar de todo le gustaba juguetear con sus acciones y rápidamente se abalanzó para sujetarse de su brazo dejando su brazo en medio de sus grandes "protuberancias" y aunque su primo lo tomo como algo normal a lo lejos se podía notar una mirada llena de recelo de una muchacha misteriosa

El día de la Señorita D siguió con normalidad, tomo sus clases e incluso intento participar en la clase de Anatomía aunque entre los alumnos pudo escuchar los murmullos respecto a como ella podía ser el modelo perfecto para enseñar el modelo anatómico de una mujer, lo cuál le causaba bastante inseguridad pues ella era consciente de su gran desarrollo físico pero deseaba poder formar amistades con las cuales pudiera hablar de otros temas y sentirse algo más protegida de sus propios compañeros. Llegado el receso de aventuro a ir a la cafetería pues no había traído un almuerzo ese día, pero no podía permitirse quedarse con hambre.

Ya en el lugar se sentía algo preocupada pues había una multitud de gente aglomerada en el lugar y aunque intentaba acoplar su cuerpo dentro de su sudadera era inevitable que se sintiera bastante ajustado el lugar sintiendo pequeños roces entre los alumnos del lugar, entre ellos pudo ver a lo lejos al perverso Chakal que aunque parecía que no había notado la presencia de la dulce jovencita la tenía bastante fija en su radar. La señorita D intento acercarse un poco más a la barra para pedir una hamburguesa pudo sentir por detrás el aliento caliente de alguien más precisamente un aroma de sexo fresco, sintió su cuerpo estremecerse como un choque eléctrico que recorrió hasta sus pezones ya que dieron un pequeño salto ante la presencia del incógnito que ya empezaba a descubrir quien era. El hombre usó su mano izquierda para pasarla sobre su pecho dentro de la chamarra, algo que la puso extremadamente nerviosa, sabia que podrian verla en cualquier momento así que intento ser discreta y mover la mano del chico aunque no podia negar que le excitaba de sobremanera, pero la mano se aferraba con fuerza a ella y pronto sintio a el hombre arrimarse a su espalda, reposando su miembro en su retaguardia sin pudor alguno. Ella ya no sabía que hacer, el calor, las personas, en general todo la estaba rebasando y ella estaba al borde del colapso nervioso y pudo escuchar un:

– Tu sabes que lo deseas mamacita, no lo hagas más difícil solo te daré una prueba de lo que te espera – La voz áspera del joven le hizo saber de inmediato que se trataba del Chakal, aunque señorita D no podía negarlo pues se sentía en la gloria, pero sabía que de seguir así ella sola se terminaría entregando a las garras del feroz lobo Héctor.

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⏰ Last updated: Apr 21 ⏰

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Una Mami D en apurosWhere stories live. Discover now