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Esa sociedad se volvía cada vez más y más turbia. ¿La razón? Pues... razones muy cuestionables que se normalizan cada vez más. Uno de estos temas es la pedofilia, que es el tema central de esta historia.

La mañana era fría. El joven omega de cabello negro caminaba por las calles en dirección a la escuela, después de haber dejado a su hermana en la primaria. Pasaba por varios lugares todos los días, pero su favorito era el centro industrial, lleno de enormes y hermosos edificios. Después de algunos minutos, llegó a la preparatoria, entró y buscó su salón. Se sentó en su pupitre y acomodó su cabello mientras la clase comenzaba. Miró su teléfono y vio un mensaje de su padre, un hombre viudo que se aprovechaba de su hijo.

"Cuando vuelvas, trae algo de comer".

El semblante de Izo se tornó pensativo. ¿Había algún motivo importante? Su padre nunca solía gastar dinero de esa manera. Mientras estaba perdido en sus pensamientos, sintió un golpe en su espalda.

— ¿En qué piensas tanto? - preguntó su mejor amigo, Ace.

— En nada, solo estaba perdida en mis pensamientos - suspiró un poco.

— Ya lo noté - soltó una risita.

Mientras ambos estaban centrados en alguna plática trivial, entró su profesor. Donde les daba la indicación de salir, ya que unos médicos querían hablar con el grupo sobre sexualidad.

Llegaron al salón y ambos se sentaron en la mitad del lugar, sus ojos se postraron en el grupo de médicos que estaban en el establecimiento. De reojo miro a su amigo, quien miraba con un gran sonrojo a un hombre de cabello rubio u un peinado algo característico.

— Ace Vas a terminar asustándolo, deja de mirarlo así -

— No puedo evitarlo, es tan guapo - se ruborizó mirando al médico.

Suspiró un poco, miró al rubio que había llamado la atención de su amigo, donde alcanzó a ver una pequeña mirada hasta su amigo. Algo que había caracterizado a Izo, era su increíble manera de ver esos detalles que nadie ve.

Cuando la plática culminó el chico de nombre Ace, desapareció, aunque para Izo, no era una novedad, debió ir a hablarle al tipo, como decirlo... Ace era muy intenso y sin nada de vergüenza.
Volvió a su salón y saco de su mochila su desayuno. Lo extraño de todo esto, era que Ace ya no volvió a las clases.

Al salir el chico pasó por la comida que su padre le había encargado, seguido caminó hasta la primaria, donde estaba su hermana.
Cuando la pequeña niña que apenas terminaba el 4.º año salió abrazó a su hermano y ambos caminaron hasta casa.

Algo extrañado Izo miró fuera de la casa, un auto lujosos de color blanco, estaba haciéndose la idea que era algunos cobradores. Entró a la casa y dejó la comida en la mesa, cuando fue a la sala miró a un hombre.
Su cabello era color castaño, su piel un poco morena, bastante alto y muy fuerte; vestía un traje y en su mano traía un reloj.

— Buenas tardes - saludo el azabache. 

— Izo, al fin llegas, te presento a Thatch - los presento su padre.

— Un gusto Izo, tu padre me ha hablado muy bien de ti - Lo saludo el hombre castaño.

— El gusto es mío, iré a preparar lo de la cena - hizo una reverencia y fue a la cocina.

Ahora entendía el porqué de la comida, empezó a arreglar la mesa y después fue a quitarse el uniforme. Se colocó un pantalón acampando y una camiseta algo ajustada de manga larga.
Llamó a los dos Alpha a comer, sirvió sus platos y estuvo atento a que quisieran otra cosa.

— Izo, el verdadero motivo de la visita de Thatch. Es... que me pagó una gran cantidad por ti. A partir de ahora, serás su omega - habló el hombre.

— Yo... — Izo se había quedado sin palabras.

— Ve a preparar tus cosas -

El menor bajo la mirada y subió a su habitación, tomó algunas cosas, tanto ropa, Maquillaje, sus productos de cabello, sus cosas escolares y algunas cosas más.
Volvió a bajar y miro al Alpha, tal parece que lo estaba esperando, Izo se despidió de su padre y su hermana.
El Alpha le ayudó a subir sus cosas al auto, después de eso empezó a conducir hasta su casa.

Izo se mantenía en silencio, sus pensamientos estaban frustrados. Se negaba a creer que su propio padre lo había vendido, miro de reojo al Alpha, calculaba alrededor de 27 años. Suspiro un poco. Al llegar a casa el hombre le ayudo a bajar sus cosas al omega.

— Sígueme - habló el hombre

El omega le siguió. Al llegar a la habitación que ambos compartirían le mostró donde dejaría sus cosas. Después salió a su estudio.

Izo siguió arreglando sus cosas hasta aproximadamente las 8 de la noche, bajo a hacer algo de comer, después de algunos minutos termino y subió la comida a su estudio.
Le miro trabajando, tenía solo la camisa blanca, la corbata algo floja, su cabello estaba hacia abajo, una escena donde lo hacía ver muy guapo.

— Sr. Thatch, le traje algo para cenar - murmuró el menor.

— Muchas gracias Izo - Se levantó tomando el plato

— De nada Sr. Thatch -

— únicamente dime Thatch -

Se ruborizó al sentir como le tomaba de la cintura y lo atraía a él.

— Mañana te llevaré a la escuela - beso su frente

El menor asintió, se puso nervioso al sentir el pecho del más alto contra su cara.

— Vamos a dormir -





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