ser querido

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A veces Longarm llegaba a dar miedo, mucho miedo y el que sufría más era Blurr debido a que al ser un agente de élite estaba a sus órdenes y era el que interactuaba más con él.

En ese momento en el anochecer cuando Blurr estaba apunto de irse a su hogar sintió como un mech mucho más alto se colaba tras de él ¿Y como lo notó? Bueno, la sombra de el gran mech se lo hacía saber.

- Blurr -.

Se dio la vuelta con algo de nervios, esa voz... aun recordaba ese tono escalofriante que lo llamaba en las noches, aunque nunca le prestaba atención por creer que eran pesadillas y alucinaciones suyas, aunque... últimamente eran más seguidas las veces que la oía.

Un escalofrío recorrió su espalda al pensar que esa voz le pertenecia a un mech, más bien, al mech tras él y cuando por fin tuvo el valor de darse la vuelta... - ¿Longarm Prime...? - pregunto dudoso al darse vuelta completamente, ver a su superior frente a él lo saco de trance - um.. ¿S-sucede algo? ¿Necesita ayuda en algo? - pregunto intentando no tartamudear, aunque siempre hablaba rápido e inentendible, en ese momento estaba hablando más lento de lo normal.

Longarm ignoró este detalle del corredor y se concentro en lo suyo.

- veo que ya te vas... - dijo algo irritado haciendo que Blurr lo mirará confundido.

- por supuesto, ya termino mi turno señor, creí que.. ya lo sabía.. - pregunto dudoso.

- bien.. adiós - sin más el Prime se dio media vuelta y se fue alejando del corredor.

- umm.. esta bien... - comenzó a caminar en dirección contraría a la del Prime sintiéndose confundido por su actitud tan extraña.

Al menos no tendría que aguantar sus rabietas hasta el amanecer.

Soltó un suspiro antes de ir a toda velocidad a su hogar. Un departamento lujoso que tenía ventanas para contemplar  la noche en Cybertron, como las brillantes luces hacían lucir todo más hermoso.

Al ingresar lo primero que hizo fue caer rendido en su cama totalmente agotado por culpa de su superior y el trabajo mediocre de sus compañeros.

- tal vez debería cambiar de escuadrón... - pensó cerrando lentamente sus ópticos.

Mientras el corredor yacía tranquilamente dormido, en la ventana se podía ver la sombra de alguien alto, muy alto.

___

En aquella ocasión, cada que la recuerda desea nunca haber ido a casa.

Ahora esta atrapado para toda su vida, sin posibilidad de huir y junto a un mech que jura nunca haber visto.

Aquel mech alto le quito tanto en tan poco tiempo, su libertad, su honor, sus amigos, sus conocidos y sus líderes.

Cada día llora intentando mantener la cordura viendo cómo el Decepticon causante de su sufrimiento lo toma y sin descaro alguno comienza a acariciar la blanca y metalizalizada piel de sus mejillas.

- mm... - y otra vez, luego de haberlo lastimado y usado a su antojo, lo deja tirado en la cama de esa cárcel, de la cual, nunca ah salido.

Su cruel trato lo obliga a llorar y retorcerse del dolor en su vientre y entrepierna, otra razón por la cual odia a ese mech desconocido.

Lo único que ah visto es que es Decepticon, enorme a comparación de él, de color morado y de solo un óptico, uno rojo e inquietante.

Intenta parar su lloriqueo llevando ambas manos a su boca de forma repentina, pues ah oído a su captor acercarse nuevamente, echo bolita sobre su cama abraza sus piernas temblando de horror, por último, dándole la espalda a la compuerta por donde el mech entra.

One Shot's: Shockwave x BlurrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora