La única luz que alumbraba el terrorífico salón procedía de una tenue y gran chimenea, mientras una escalofriante voz nos narraba una terrible historia ocurrida cientos de años atrás, donde la muerte acechó a la protagonista.
La estremecedora voz fue testigo de una inquietante y tenebrosa historia de amor en la cual, la novia Claris nos haría pasar a su gran y lujoso salón en el que seríamos presentes de un banquete con un final espeluznante.
Claris, una bella joven de ojos verdes, una piel suave como la seda, el cabello rubio, unas piernas bonitas y un cuerpo torneado, había sido presente de muchos desamores y desgracias, pero, ella era valiente, pasional y desde su triste juventud había sabido valerse por si misma, conoció a Jean Paul, quien fue su último amor.
Ella, le había conocido en una mágica celebracion nocturna, copas de champán y una magnífica orquesta. A mitad de la noche, Jean Paul le pidio un vall; y Claris, desafortunadamente se lo concedió. En ese momento, la joven dama caería en una obsesión enfermiza por el, que hasta no conseguir lo que querían no pararía nunca...
Años después, Jean Paul le pidió la mano al padre de Claris, el cual no muy convencido por la fama de marqués mujeriego que tenía, decidió aceptar.
Claris, muy emocionada, se tomó mucho tiempo para organizar la que sería su gran y perfecta boda. Su vestido, blanco roto con detalles lilas, y encaje fue cosido durante meses por un prestigioso y famoso modisto francés . La decoración era preciosa, las altas ventanas por las que colgaban grandes cortinas blancas, todas las flores a juego con su vestimenta, los candelabros y las gigantescas estanterías con libros antiguos impecable. Justo en el centro de la sala, se situaba la gran mesa donde los mejores cocineros de la época surgirían sus exquisitos platos.
Días previos a la boda,Jean Paul estuvo ausente durante varias noches, pensando que Claris no se daba cuenta, mientras que la mente enfermiza de la joven le hacía malas jugadas, sin saber que su subconsciente estaba en lo cierto.
El gran día había llegado, Claris iba preciosa y elegante, pero en su perdida mirada, podías notar su nerviosismo. Al entrar para llegar al altar, su piel se hizo pálida y ella llena de rabia, ni Jean Paul ni su familia le esperaban. Claris, en un parecido estado de shock, fue al gran banquete y se sentó fríamente en la vieja silla, pensando que estaba con alguna otra mujer, engañandola. Su padre, al verla allí sentada sola, sin comer con su mirada perdida unas cuantas horas, decidió investigar sobre el paradero de Jean Paul.
Al conocerlo, pensó que era importante contárselo a Claris; Jean Paul había sido asesinado cruelmente por su amante. Al decírselo, Claris continuo como estaba,con su obsesión enferma y viendo como la soledad la ahogaba;decidió esperarlo eternamente.
La terrorífica voz calló, y una enorme puerta se abrió. Por la ranura de luz, se veía una especie de salón, al entrar se me heló la sagre...ahí, justo, ahí, estábamos en el banquete que la estremecedora voz nos había descrito. Cuando dimos unos cuantos pasos, nos dimos cuenta que, Claris seguía presente...