✦┆CAPITULO 47

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Jungkook observa con aburrimiento a Leon, arrastrando su típica ropa chillona por las escaleras del jet, a pesar de que no había aviones que aterrizarán o despegarán en esa zona de pista privada del aeropuerto, el turco no pudo estar más que agradecido por la ausencia de la gente para no ver la ridiculez de los lentes de sol de su amigo en un clima frío y de noche. Jungkook tuvo que reprimir un gruñido irritado cuando Leon saludo desde lejos hacia donde estaba él, ignorando a sus hombres que estaban queriendo cargar su equipaje de mano.

El sonido de las turbinas del avión funcionó como un tranquilizante intangible para la presión martillante en su cabeza. Quería regresar y comprobar el estado de Taehyung.

—¡Jungkook! ¡Merhaba, merhaba! —grita su amigo una vez dentro del Bentley en un pésimo turco. Jungkook toca el puente de su nariz con impaciencia, tratando de mantener su atención en el ajetreo de sus hombres guardando las maletas de León atrás suyo.

—Leon —es todo lo que dice, haciéndole una señal a Namjoon para que empiece a manejar. Toma los papeles a su lado y los pasa rápidamente hacia el rubio.

Leon hace una mueca ligera por el estoicismo de Jungkook, pero acostumbrado al indiferente trato no dice nada más.

—Cada día más cerca del polo —susurra entre dientes para sí mismo, tomando los papales que le ofrece Jungkook. Los empieza a hojear y las expresiones en su rostro se vuelven más serias, concentrándose en la información detallada ante sus ojos— ¿Está actualizada?

—Es la misma que te mande en el correo, exigí el resto de los resultados clínicos hace unas horas, debería estar más completo que el de la mañana.

Leon asiente lentamente. Jungkook se siente ligeramente tenso cuando veo uno o dos fruncimientos en el rostro de su amigo mientras lee. Puede sentir también las feromonas de preocupación en Namjoon, las cuales intenta reprimir con técnicas básicas de sus entrenamientos; sin embargo, para los sentidos agudizados de Jungkook, es imposible no notarlas. Eso y las miradas ocasionales por el retrovisor daban un entendimiento rápido que denotaba ansiedad. El gama decide concentrarse en la interpretación de León por el momento.

Es cuando están en el centro de las calles de la metrópolis que Leon se quita sus gafas y suspira pesadamente.

—¿Y bien? —exige el Gama.

—No hay mucha disparidad de lo que te dije en un principio. Claramente hay algo pasando en el vientre de tu omega, no puedo decir que se trate de uno bueno, jamás he visto algo parecido —Leon piensa por un momento, tratando de encontrar palabras que Jungkook entienda—. Hay un cambio considerable en sus hormonas, por lo que afectará también su biología, tal vez es algo que se empiece a notar también en los próximos días. El encogimiento que se muestra en su matriz es lo más preocupante, necesito que lo convenzas de nuevos estudios.

Jungkook empieza a jugar con el anillo gris en su dedo, el otro alfa lo conocía bien para saber que estaba verdaderamente preocupado por el estado del joven castaño. No esperaba que los indicios de algunas emociones en Jungkook se mostrarán ante tan precario escenario. Después de unos minutos largos, Jungkook asiente en acuerdo.

—No será fácil, pero encontrare mis medios —dice calmo. Leon tararea en sus palabras por un momento.

—¿Cuándo fue la última vez que estuviste con él?

Jungkook frunce el ceño ligeramente, no entendiendo la razón de tan invasora pregunta. Sin embargo, su área estaba más enfocada a la práctica de ejerción de poder en negocios, no en campos de medicina o biología, donde su amigo estaba más que acostumbrado.

—Hace casi tres semanas, ¿por qué? —gruñe en respuesta. Leon inclina su cabeza y dirige su vista hacia las calles que pasan a través del cristal.

Mafia Roja » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora