Mentiras

3 0 0
                                    

Sebastián y yo tratábamos de mantener lo nuestro en secreto, las únicas personas que lo sabían eran mi madre y mi hermana, a quien se lo había contado la misma noche que se lo conté a mi mamá. Debo decir que a mi hermana le sorprendió mucho la noticia y para ser sincera tampoco le agradó mucho la idea de que estuviera con alguien que no solo era mucho mayor que yo, sino que también era mi profesor, pero no dijo mucho más al respecto.
Con el paso de los días hice una nueva amiga en el salón, ella se llamaba Gabriela. Ella se volvió bastante cercana a mi, incluso aveces solíamos ir a su casa o a la mía cuando se terminaban las clases para hacer deberes o almorzar juntas. Sin embargo, todavía no me sentía lo suficientemente confiada para contarle lo que tenía con Sebastián, después de todo el era un profesor y yo era menor de edad. Si no estoy mal, como dos meses después de haberme hecho amiga de Gabriela , por un descuido descubrió que Sebastián y yo estábamos saliendo. Fue un día de clase a la hora de receso que Sebastián y yo con la excusa de que íbamos a hablar de las notas nos habíamos quedado solos en el aula para besarnos. Estábamos tan centrados en el beso que nos habíamos olvidado de cerrar la puerta con seguro y solo nos apartamos cuando Gabriela abre la puerta de golpe diciendo que se olvidó su celular, los tres nos quedamos estáticos en nuestros lugares viéndonos los unos a los otros. ¿Qué se podía decir en una situación en donde las palabras sobraban?, así que solo le dije a Sebastián que por favor nos dejara solas y que yo hablaría con ella. Al inicio fue un poco incómodo porque ninguna de las dos habló hasta que varios minutos después de que se fuera Sebastián, pero termine diciéndole que nos sentáramos para contarle todo. Comencé diciéndole que el profe y yo éramos novios hace casi tres meses, luego le conté sin muchos detalles como nos habíamos hecho novios para terminar pidiéndole que mantuviera el secreto de los dos. Durante toda la conversación ella se mantuvo callada, solo me escuchaba con bastante atención y una vez que acabé de hablar ella me dijo - No te preocupes, no sé lo voy a contar a nadie. Aunque me hubiera gustado que me lo contaras y no tener que enterarme así. -Admitió. Acto siguiente, me dio un abrazo y le di las gracias.
Las cosas iban normal, ahora éramos cinco los que compartíamos el secreto de nuestra relación, pero todo iba bien. Había días en los que salía sola con Gabriela, otros en los que iba con Sebastián al parque, a ver películas o a comer y otros en los que Gabi me acompañaba a algunas citas con Sebastián, los tres solíamos divertirnos mucho a decir verdad.
Y sin darme cuenta, ya habían pasado tres meses más, pronto Sebas y yo cumpliríamos 6 meses de noviazgo. Después de un tiempo de estar saliendo Sebastian había estado intentado de vez en cuando convencerme de tener relaciones con el, sin embargo, yo me había negado en todas esas veces, todavía no me sentía preparada para dar ese paso. Habíamos tenido algunas discusiones por eso, pero siempre era el quien regresaba para pedirme disculpas diciéndome que se ponía así porque realmente me quería mucho y no aguantaba las ganas que me tenía. A pesar de que ya llevábamos varios mese justos y que si sentía algo por el, sabía que ese sentimiento no era tan fuerte como para dar un paso así, se que es raro decirlo, pero no me siento muy segura en la relación. A decir verdad, no estaba enamorada del profesor Sebastián solo me gustaba y me divertía siendo su novia así que no quería dar ese paso aun.
Un día antes de nuestro aniversario mientras veíamos una película en su casa me dijo que una vez que me gradué me ayudaría con el ingreso a la universidad y que más adelante podríamos vivir los dos solos en un apartamento. Siendo honesta, no me esperaba algo así y no estaba segura de querer irme a vivir con el cuando estuviera en la universidad, pero no se lo iba a decir; aun así, me alegró de cierta forma el hecho de que el viera un futuro a nuestra relación y me sentí aliviada porque creí que el sentía algo real por mi...
Finalmente llegó el día, Sebastián me había dicho que tenía una sorpresa para mi en la noche, ya era de tarde y me estaba alistando para encontrarme con Sebas cuando recordé que la noche anterior me había olvidado en casa de Sebas el regalo que le había comprado por nuestro aniversario; tenía que ir rápido a su casa para recogerlo. No tenía mucho tiempo por lo que no le avisé a Sebas que iba para allá, lastimosamente no sabía lo que me esperaba.
Llegue lo más rápido que pude y como tenía la llave de la casa solo entre, sabía que él no iba a estar porque se supone que estaría regresando de una reunión en el colegio. Me estaba dirigiendo a la habitación cuando escuché unos ruidos extraños, parecían gemidos o pequeñas risas distantes, como la puerta de la habitación estaba cerrada, me acerqué y lentamente la fui abriendo. No podía creer lo que estaba viendo, por un momento pensé que estaba teniendo una pesadilla, Sebastián estaba desnudo encima del cuerpo desnudo de la que yo creía mi amiga. Gabriela y Sebastián estaban en la cama besándose tan apasionadamente que ni siquiera se dieron cuenta de que los estaba viendo, al cabo de unos segundos, fue a la que llame por mucho tiempo "mi amiga" la que me vio de reojo haciendo que pegara un salto a un lado de la cama alejando a Sebastián de ella, ambos se habían quedado atónitos.
En ese momento mi mente se quedó en blanco, no sabía cómo reaccionar, así que lo único que hice fue sonreír y salir de la habitación; me sentí enferma. Sebastián vino corriente tras de mi, sin embargo, no tenía ganas de hablar y menos con él. El me agarró del brazo y empezó a explicar un montón de cosas que no logré escuchar, estaba en un tipo de trance que solo se acabo cuando le escuche decir que Gabriela no significaba nada para el, que solo fue una equivocación y que solo me quería a mi, pero tenía ciertas necesidades y yo no quería hacerlo. Definitivamente eso hizo que explotara, de verdad acababa de culparme a mi por su engaño?, no lo podía creer. Estaba intentando no llorar, pero con lágrimas amenazando con salir de mis ojos le dije solo una cosa te pedí, lo único que te pedí es que fueras honesto conmigo, eso era todo y ni siquiera eso pudiste darme; y para empeorar las cosas me culpas a mi de lo que hiciste, no sabía lo equivocada que estaba contigo, que decepción, ni siquiera me pediste disculpas. Al final le dije que lo felicitaba y que de todo corazón deseaba que le fuera bien con Gabriela, eran el uno par el otro. Tome mi bolso y salí de la casa sin mirar atrás.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora