Epilogo

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23 de Noviembre de 2025 Roma | Italia

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23 de Noviembre de 2025
Roma | Italia

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• Leandro Paredes •

— Dale papi, contame. — insiste mi hijo menor desde el asiento de atrás del auto causando mi risa.

No papi, no le cuentes, ¿no ves que es una sorpresa? — le hace esta última pregunta a su hermano mi hija, mirando hacia donde este se entienda.

Giovanni no para de insistir desde que nos subimos al auto en el aeropuerto y le dije que tenía una sorpresa para ellos. Es ansioso el gordo y no puede esperar a que lleguemos.

— ¡Ya se! Vamos a ver a Paulo. — continúa Giovanni tratando de descifrar su sorpresa. 

— Mmmm. — apreto mis labios luego de musitar bajo la atenta mirada de ambos y termino riéndome.

     Conduzco por las calles oscuras de Roma, que no aloja a casi nadie a estas horas. Casi cayendo la media noche se torna en una ciudad deshabitada, más que nada por el frío que hace en estas épocas. Aunque es raro, porque ya estamos pisando el fin de semana y es cuando la gente comienza a salir.

Creí que el vuelvo iba a aterrizar más temprano, pero tuvo una gran demora y llegó a Roma siendo las 22:30.

Llegamos. — digo, estacionando mi auto en la subida de mi casa, para que ellos se bajen lo más resguardados posible y lejos de la calle. Tomo a Gio de la mano y comienzo a caminar hacia la puerta de entrada, para introducir mi llave en la cerradura y darle dos vueltas.

Hay mucho silencio, más del que había cuando me fui claramente, aunque todas las luces están prendidas.

— Ay pa, ayúdame con esto. — dice Gio cargando como puede su mochila pesada pero exagerando de sobre manera.

     Cuando vienen a casa traen lo justo y necesario, ya que acá tienen todo lo que necesitan y quieren.

Sh. — digo llevando mi dedo índice a mi boca pidiéndole silencio. Tomo su mochila y cierro con mucha delicadeza la puerta de entrada. — ¡Amor, llegué! — grito para llamar la atención de mi pareja, que puedo asumir que está en la planta alta de nuestra casa.

𝑨𝒍𝒎𝒂 | 𝑳𝒆𝒂𝒏𝒅𝒓𝒐 𝑷𝒂𝒓𝒆𝒅𝒆𝒔 - 𝑬𝒏𝒛𝒐 𝑭𝒆𝒓𝒏á𝒏𝒅𝒆𝒛 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora