Chris se da la vuelta y camina hacia el otro extremo de la habitación, las manos sudorosas y el temblar de su voz exteriorizan el miedo.
—Papá, lo siento pero sabes que no deberías hacer esto.—dice la chica sin voltearse hacia la puerta.
John trata de disculparse para no hacerla sentir agobiada.
—Chris, tal vez yo...
—Lo siento, hoy no estoy preparada. Gracias pero será mejor que vengas en otro momento.—dice Christin interrumpiendo al joven.
—Entiendo, volveré cuando te sientas más cómoda, en realidad fue mi culpa por no avisar que vendría.
Luego de esto todos quedan callados, Chris sentada en su cama, a pesar de los nervios sonríe cuidadosamente. Su padre cierra la puerta, pero antes de irse John tiene una idea.
—Chris, creo que podemos hacer algo.—dice el chico pegado a la puerta.—Te dejaré mi número y me escribes cuando quieras, así podemos hablar un poco y la próxima vez que venga ya no seré tan extraño, de paso igual te puedo dejar unos temas que te vendrán bien para ir estudiando.
Chris se voltea para escucharlo y sin decir nada va hasta la puerta, ambos se agachan y John pasa por el suelo una tarjeta con su Whatsapp, la chica la recoge mientras escucha los pasos del joven que se marcha. Ya estando sola, con una enorme exhalación suelta todas las emociones que contuvo mientras el chico estuvo frente a ella. Sin dudas, para Chris esa tarde había sido un fabuloso desorden. ¿Y si en realidad no me da tanto miedo estar frente a alguien? Piensa la chica, pues con John Parker más bien se había sentido nerviosa en lugar de asustada. Es hora de hablar con la culpable de todo esto, así que Christin llama a su amiga Key.
—Hola Chris ¿Qué tal el día?
—¿Sabes que quiero matarte verdad?
—¡Ohh!—responde Key entre risas.—Parece que ya te ha visitado tu nuevo compañero de estudios.
—En mi larga lista de mejores amigas eres la más cruel, que lo sepas.—dice Chris de manera sarcástica.
—Pues sí, soy la más cruel, pero también soy la única que se preocupa por que dejes de ser la chica de las mariposas y comiemces a vivir de verdad.
—Casi me muero, abrí la puerta y estaba ahí y mientras sostenía su patineta me miraba con los ojos más tiernos que he visto nunca, estaba nervioso, y no es para menos, el pobre por tu culpa se ha comprometido a lidiar con la chica más rara que se topará en su vida.
—Espero que no lo hayas arruinado a la primera. Solo tuve que hablar con la jefa de estudios para que lo convenciera de que fuese él quien te ayudara con la historia y las matemáticas, pero aún no sabe que eres una psicópata que lo ha espiado toda su vida a travez de la ventana. Pero venga cuéntame ¿Cómo ha sido?
—¿Qué como ha sido? No quiero ni pensar en la cara de estúpida que habré puesto cuando abrí la puerta. En serio Key, me lo podías haber dicho y al menos me hubiera peinado.
—¿Y desmantelar el mágico momento en que te llevaras la sorpresa?
—Pues se te da muy mal hacer de Ada Madrina.—dice Chris mientras se echa a reír.
—¿Lo dejaste pasar verdad?
—No.
—No te creo.—dice Keyla con una expresión de disgusto.—Atravesaría la pantalla ahora mismo y te golpearía tan fuerte...
Chris, mordiendose el labio toma del escritorio la tarjeta que le ha dejado John.
—Me ha dado su WhatsApp.
ESTÁS LEYENDO
Tú eres mi deseo
RomanceLa Agorofobia hace que Christin viva una adolecencia tras las paredes de su habitación, pero enamorarse de un chico la llevará a cometer locuras tan grandes como enfrentarse al miedo de salir y cumplir sus deseos.