02

564 49 2
                                    


Me encontraba con el  hombre de pelo negro y conway quienes me enseñaban a usar la radio.

Por ahora tendría el puesto de subinspector, lo cual significaba más trabajo, sin duda esto sería un comienzo agotador.

-Bien ya estoy en radio- me era difícil todo esto ya que era nuevo pero sabía que era cuestión de adaptarme.

La verdad me sentía un poco nervioso, ya que ha pasado bastante tiempo y cada rincón de comisaría me llena de total nostalgia lo cual hace que me dé un sentimiento de melancolía.

-Bien pues ya tienes todo en regla solo hace falta la vestimenta, por ahora te encargaras de este gilipollas- señalo a un rubio quien apenas había entrado a la policía y me encargaría de el.

-de acuerdo.

-bueno yo me voy, haz el trabajo bien gilipollas o si no, ya sabes lo que toca- toco su porra mientras sonreía con malicia, y tú amadeo de los cojones vete a poner el uniforme policíal- le ordenó a lo cual el rubio acato rápidamente cayendose antes de salir de la habitación.

Yo simplemente lo ignore sin duda seguía siendo igual a como lo recuerdo.

Nos quedamos completamente solos el pelinegro y yo.

-escucha gustabiño, todo lo que aprendiste aquí se lo vas a tener que enseñar a el- señalo la puerta refiriendose al rubio.

-tu dame a un tonto y te lo transformo en una bestia- dije con seguridad.

-¿En super tonto no?- bromeo.

-en más tanto aún- rei.

-¿Ya tienes todo? ¿Comida todo?- pregunto.

-¡Es verdad me falta la comida!

-ve en este armario y agarra un poco, que no veas cuanto dinero inverti en eso- se quejo.

-me imagino aunque suponiendo que teniendo un cargo alto te pagan bien- mire toda la comida que había.

-bueno ni tanto no te creas.

El pelinegro se acercó a mi lado en las estantería.

-ostias que creo que ya no ay monster- miro.

-¿Ay monsters?- lo mire haciendo que mis ojos se iluminarán.

-chim, ¿Te gustan?- pregunto curioso.

-amo los monsters- me emocione.

El pelinegro busco entre los estantes, encontrandose con solo un monster que quedaba así que lo agarro y me lo ofreció con amabilidad.

Le sonrei para después beber un poco y sentir ese refrescante sabor que extrañaba, después agarre un sándwich de las estantería pues tampoco tenia tanta hambre.

-¿Solo comeras eso?- pregunto.

-Si, tampoco tengo tanta hambre señor trovolta.

-oh no neno, es demasiado poco para lo mucho que vas a estar trabajando, y creeme que te dará hambre después así que agarre más porque después se pueden acabar- más que una petición sonó como una orden pero lo dijo de la manera más tranquila posible.

Yo simplemente hice lo que me pidió dandome cuenta de que sin duda se veía que ese hombre era un poco más agradable que conway.

-y de paso te daré esto, toma- agarro de la estantería lo que parecia ser un vino blanco.

-¡Ostias!- me sorprendí.

-y si te portas bien yo te consigo cosas neno.

-Oye y aprovechando que estamos solos- susurre. -¿Te puedo preguntar algo en confianza?- me acerque un poco más hacia a el.

Tus Ojos Azules //FREDDYTABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora