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Apenas la blanca aurora había dado lugar en aquel lindo vecindario con el ardor de sus calientes rayos, ya comenzaban a gorjear en los árboles los pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena saludando a la fresca mañana.

El omega no tardó en despertarse ante el primer contacto de luz en su piel que se colaba desde las cortinas de su ventana. Esta vez el joven padre se aseguró de despertar lo más temprano posible para pasar por lo menos un pequeño tiempo al lado de su amado hijo. Luego de dos meses completamente agotadores y llenos de pesado trabajo, tan siquiera quería desayunar con su bebé.

Rápidamente el omega se puso manos a la obra y preparó los famosos Hot Cakes en forma de ositos que tanto amaba comer su pequeño hijo. Sin olvidar su vaso con chocolate y algo de fruta picada en forma de dinosaurios que podía hacer gracias a los moldes de galletas que tenía en su cocina.

Satisfecho de su desayuno, se dirigió a la habitación de su pequeño retoño. El omega pensaba en que su bebé iniciaria la escuela mañana, y sabía que tenía que hacer un truco de magia o algo parecido para que su jefe le diese el permiso de llegar unas horas más tarde y lograr llevar a Akira a su primer día de escuela.

Alejó todo pensamiento en cuanto llegó finalmente a la puerta de la habitación de su pequeño: "Aki" se leía en el pequeño letrero color amarillo con ositos pintados en la puerta. Entró y se dirigió hasta las cortinas, abriendolas para que la habitación se iluminara, con ello esperó a que su hijo se despertara, pero sabía que era de sueño pesado.

—Akira, mi vida despierta —Rain dijo dulcemente, mientras removía suavemente el cuerpecito de su hijo.

Después de unos cuantos minutos intentando despertar al menor, finalmente logró hacerlo y el pequeño le sonrió dulcemente al verle.

—¡Buenos días, papi! —el pequeño saltó a sus brazos, escondiendo su pequeño rostro en la curvatura de su cuello.

Amaba el aroma de su papá, siempre le relajaba.

—Buenos días, mi cielo —Saludo de vuelta—. Preparé los Hot Cakes que tanto te gustan, amor.

—¡Gracias, papi! —Akira le sonrió mostrando sus dientitos y sonrió aún más emocionado al recordar algo—. ¡Tio Sky me compró un estuche de osito! —contó felizmente.

—¿Si? —preguntó feliz y el menor asintió—. Me alegra mucho, mi vida —Rain dejo un tierno beso en su regordeta mejilla—. Mañana inicias la escuela... ¿Por qué creces tan rápido, mi cielo? —Rain puchereó.

—¿Estás triste, papi? —Akira le miro con preocupación—. ¡Nunca te dejaré sólito! ¿Lo recuerdas? ¡Juntos por siempre, papi!

—Juntos por siempre, mi amor —Rain sonrió intentando ocultar sus lágrimas—. Lamento estar ausente en estos últimos meses... Pero... ¿Lo entiendes, mi cielo?

—Lo entiendo, papi —Sonrió tiernamente—. Se que trabajas muuucho para poder comprar mis medicinas ¡Por eso me porto bien, papi!

—Eres un magnífico hijo —Rain sonrió abrazando a su hijo—. Gracias por llegar a mi vida, Akira.

El menor sonrió y tiernamente besó la mejilla de su padre, quien rápidamente le beso de vuelta.

—Te amo papi— dijo el menor, mientras reía pues con sus manitas aplastaba las mejillas de su padre y este hacía una cara graciosa.

—También te amo mucho, mi amor.

—¿Me acompañarás a la escuela? —preguntó con ojitos brillantes.

Stupid Boss // PhayurainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora