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Buggy soltó un fuerte suspiro mientras se acomodaba mejor en su lugar y miraba el mar algo distraído.
Había estado pensando en el verdadero propósito de haber llegado a la tripulación de Roger. Actualmente dudaba si valdría la pena seguir ahí dentro siendo un cero a la izquierda, subestimado por cada uno de sus compañeros.
También le había costado dormir la anterior noche debido a una fuerte pelea que tuvo con Shanks, en la que el primero en reaccionar violento fue Buggy, tirándole fernet encima de su cabeza; obviamente el pelirrojo no se quedó atrás, agarrando a Buggy de la chomba y encajándole una buena trompada que casi le baja todos los dientes.
Después de esa fuerte discusión ninguno de los dos se dignó a dirigirse la palabra. Desde la mañana solo se ignoraban como si no existieran en cada lugar en el que se cruzaban.
Habló con Roger al respecto, obvio que lo hizo. Buggy sabía que el capitán quería a ambos, pero siempre se había mostrado un poco más cariñoso con Shanks. Cómo no, después de todo era el número uno ahí, el próximo capitán según todo el mundo. Buggy por su lado era... simplemente Buggy, un payaso boludo y descansable que no era capaz de cagar a palos a un solo enemigo.
Estaba acostumbrado, ya se había vuelto monótono y se sentía realmente antiguo. Tuvo que adaptarse con rapidez y sin siquiera estar de acuerdo.
Buggy se sintió alarmado por un ruido detrás suyo, cuando giró su cabeza cruzó miradas con Shanks, que lo miró fijamente mientras se columpiaba en uno de los palos del barco.
Ambos se miraban sin decirse ni una sola palabra, trataban de analizarse el uno al otro. Buggy fue el primero en apartar la mirada, tragando saliva y apretando los puños con fuerza haciendo que sus nudillos se coloreen de blanco.
No se dijo nada más y pudo sentir la mirada profunda de Shanks en toda su espalda para luego escuchar pasos alejándose de él. Agradeció haber pasado rápido ese momento incómodo, no sabría qué hubiera hecho de haberse convertido en otra pelea.
Sabía que ya no eran niños para seguir peleando; Dieciséis años no era poco, y Buggy ya se sentía lo suficientemente grande. Aun así, sin poder evitarlo últimamente todo significaba motivo de pelea para ambos. Que si se rompía un vaso, que si fallaban una misión, las discusiones se habían vuelto constantes. Buggy no podía hacer mucho más que esperar a ver si en algún momento se arreglaban. Tenía clarísimo que si Shanks no cedía, él tampoco lo iba a hacer, eso sería como aplastar su orgullo con dos barcos y no lo permitiría ni loco.
Dudó si quedarse despierto para la joda de celebración de esa misma noche; honestamente las ganas no le nacían y comenzaba a imaginar su cara besar la almohada después de un buen baño caliente. Pero le había hecho una promesa a su capitán y no la rompería por nada del mundo.
