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Érase una vez en un reino muy, muy muy lejano, una bondadosa princesa y una codiciosa reina.La princesa era una dulce flor en crecimiento, de azules ella vestía e inspiraba la misma libertad que el cielo, sus ojos de tan grandiosa calidez te hacían quererla proteger. Por otro lado, la reina solamente era similar a ella por su aspecto; indiferente a lo ajeno, culpando a su reino por sus propios errores, amando más que nadie y llorando en el aire.
Su majestad aún era muy joven para entender el significado de la vida, por lo que su mejor amiga era una mensajera directa de Dios: esa monja que rezaba por el bienestar de todos.
Aturdida por las grandes labores, acudía a su divinidad para que la ayudase a aclarar ciertos temores, incluso la princesa yendo a pedir la opinión de el todopoderoso Jesús.Cerca del corazón infantil y lejos de los ineptos, residía una brillante bruja. Los ciudadanos creían que las brujas eran malvadas y, por ende, debían ser asesinadas, pero estaban muy lejos de la verdad. Aún con su grotesco actuar y poca tolerancia, su alma es sensible y quebradiza, ella sigue siendo un ser vivo con sentimientos.
Los campesinos sin conocimientos creen que se dedica a maldecir el reinado, sus habitantes y todo ser vivo que no le agrade; no son más que mentiras y engaños por una capa espinosa. Su trabajo es mantener el orden que se posa en todo lugar e incluso defender el pueblo si un extraño llega a atacar sin motivos.
Todos sabían lo que ocurrió años atrás. Todos sabían porqué es que existían, pero "si la princesa algo no ha de recordar, entonces deberás callar" es el lema de ellas.
Así aseguran su propia integridad.─── ¡Por fin no pintan a las brujas como malas! todos cuando les dices eso piensan enseguida en una señora malvada con malévolas intenciones, ¡no es así! ellas también pueden sentir.
─── Exactamente, Ori, «no juzgues un libro por su portada» es lo que dicen, y por ese motivo es que me encuentro leyendote este cuento.
─── Espero podérselo leer a Lilichi, aunque no se cómo podría llevarme el libro de aquí.. y.. no sé leer muy bien..
─── úhm, quizás puedas encontrar en la biblioteca alguno similar, solo ten cuidado de no caerte al momento de querer bajar uno.
─── ¡oookiii! le voy decir a... ehm.. ¡Rayryn! o sino a ¿Madrina? eh.. algo así. ¡Continúa leyendo, quiero saber cómo sigue!