01 | Brian O'Conner • ¿Me ayudas a calcular las horas extras?

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Jueves, 18 de abril.

22:07 PM.

Casa familiar de los Toretto.

La pelinegra suspiró y se dejó caer sobre la pequeña mesa en la que se encontraba realizando desde ya hace más de tres horas su tarea de la asignatura "Contabilidad", no iba a negar que había entendido la mayoría de las cosas que el profesor les había explicado en la clase, pero había una pequeña parte de esto que no logró comprender, y si no lo calculaba correctamente, todo lo que venía después (que era lo que sí había entendido) estaría erróneo. Odiaba eso de que si un signo u operación estaba mal, las demás se verían afectadas.

Suspiró y se estiró más sobre la mesita, agarrando el borde de la misma con fuerza mientras se inclinaba hacia atrás para estirar su espalda, queriendo aliviar el dolor que subió por la misma producto de haber estado sentada tantas horas.

No conocía a nadie más que supiera del tema, nadie más que su mismo maestro o sus compañeros, pero estos estaban igual o más confundidos que ella.

No quería preguntarle a la IA, puesto que estaba segura de que ésta se encargaría de darle una respuesta completamente literal y que no va de acuerdo con lo que le dieron en clase.

De un momento a otro encontró sumamente cómoda la posición en la que se había acomodado, y dejándose llevar por la fatiga que sentían tanto su cuerpo como sus ojos, sucumbió ante los encantos de Morfeo. Se levantó levemente verificando que la puerta estuviera con seguro y posterior a esto, levantó un poco su vestido, puesto que sentía como este se estiraba y enganchaba entre sus muslos al ella estirarse.

No estaba segura si estaba soñando o si por la posición en la que había caído dormida había empezado a sentir cosquilleos en su espalda, pero en el momento en que abrió los ojos y estuvo completamente despierta, pudo jurar haber sentido como algo cálido se posicionaba en su cintura y la acariciaba con cariño, bajando su vestido.

Bueno, estaba segura de quien fuera que sea esa persona estaba bajando su vestido a propósito.

— Sé que despertaste — la voz del rubio del equipo sobresaltó a la chica, la cuál solo se volvió a estirar y lo ignoró, volviendo a recostarse y a acomodarse para dormir. — Nena... — insistió. Se acercó y levantó su cuerpo de la mesa, quitando con suavidad la hoja de su libreta que se había pegado en la mejilla de la chica y obligándola a sentarse. Ella mordió su labio inferior y lo miró con ojos entrecerrados— Tienes que terminar tu tarea. Tienes plazo hasta mañana al medio día y seguramente lo único que harás en la mañana será dormir. Termínala, la envías y te duermes. — aconsejó el mayor, acunando su rostro. Ella negó y se alejó recogiendo su cabello en un desordenado moño, ya ni le interesaba estar bien presentada. Solo quería acabar con esa tarea de una vez por todas. Alejó las manos del mayor de su rostro y tomó su brazo abrazándolo, recostando su cabeza sobre su hombro. Escuchó un suspiro del mayor y posterior a esto, sintió como su cálido cuerpo se inclinaba hacia adelante y miraba con atención su cuaderno.

Ella se burló.

— ¿En la academia de policía les enseñan los puntos básicos de la contabilidad? — en realidad ni siquiera sabía lo que estaba diciendo, solo quería encontrar una forma de burlarse del mayor y lo hizo, diciendo cualquier estupidez. Él solo la miró mal y volvió a leer su cuaderno.

— No hace falta estudiarlo cuando ya tienes toda la explicación plasmada en tu libreta. — levantó una ceja.

— ¿Me estás diciendo floja? — se ofendió y lo miró desafiante, nuevamente siendo ignorada por el mayor. Cuando notó que este no respondía y seguía leyendo, decidió dejar de jugar y quiso dormir de nuevo, por lo que encontró el lugar perfecto en el regazo del mayor. Se alejó de su brazo y lo movió hacia atrás, para después meterse entre el espacio de sus brazos y sus piernas y se recostó en el regazo del rubio, este estiró las piernas y la dejó acomodarse, colocando una mano en el escritorio para darle oportunidad de acomodarse. Ella colocó su cabeza sobre su regazo y sus manos las recostó al lado de la misma. Así volvió a pasar el tiempo. Brian seguía leyendo los apuntes de la menor y escribía de vez en cuando en la libreta de la misma, suspirando con pesadez.

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⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

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