me and my husband

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"feliz cumpleaños querida"

"perdóname que no esté contigo ahora, pero es que salieron unas cosas de imprevisto"

"me quedaré en la oficina no sé cuántas horas más"

"te amo, hermosa"

"mi linda esposa"

leer los mensajes que le había mandado jisung hace media hora hacían que hyunjin volviera a brotar en llanto silencioso. la copa de vino estaba vacía, igual que la botella del licor en sí. había terminado la botella y ahora sufría una pequeña crisis.

le dolía en el alma que su esposo ni siquiera estuviera presente en su cumpleaños, como tampoco lo estuvo en su aniversario matrimonial ni en el nacimiento de su hijo menor: bangchan.

no podía sentirse más desapegado de lo que ya estaba, con todas esas carencias estaba destruida, enojada y resentida con ese maldito hombre. sería capaz de aventar la botella vacía al suelo y con los vidrios más grandes clavárselos en la yugular a su marido al llegar.

–mamá, ¿cuánto bebiste? –changbin podía oler el vino a una distancia nada prudente, así que ese lío ebrio que se sostenía en el sofá le preocupaba bastante– ya es más de media noche...

–¿y qué haces tú despierto, eh? –replicó la débil mujer con su ceño fruncido, mientras alzaba con un amargo orgullo la segunda botella de vino– ¿y bangchan?

–está dormido, no te preocupes. –se sentó junto a su madre– yo estaba dormido pero... te oí llorar. –su tensa mandíbula dolía, y sus manos retraídas se agarraban de la tela de su short.

el semblante de hyunjin era incómodo, mostrarse así ante su tesoro, cuando siempre había sido una figura amorosa y autoritaria... hasta sobreprotectora, era humillante. su primogénito parecía ser más razonable y reconfortante, dejándola sin entender cuál era la discrepancia de desinterés en jisung por ella.

entre más lo pensaba, sus bonitos ojos se volvían a cristalizar y su binnie sólo la veía con dolor. changbin a este punto odiaba tanto a su papá.

–¿no me ama? –susurró, tomando directo de la segunda botella de vino, manchando sin mucha preocupación su bonita y veraniega bata de dormir– ¿por qué nadie me ama? –hablando sola, respondiéndose sola, y al final, sintiendo un desolado silencio que changbin no sabía resolver.

la visión de ese adolescente preocupado había dado un giro de 360°; su mamá alcolizada, de belleza destruida y delicada, sollozando a su lado por un mal de amores que la envenaba. estaba enojado. su madre era más que eso. su mamá era hermosa, muy bondadosa como para soportar toda esa agonía que no hacía más que destruirlos a todos.

sus brazos definidos tantearon si debían abrazarla, pero al final lo hicieron, asombrándose por cómo ella lo atrajo en un maternal abrazo; donde lo recostó en su pecho y lloró.

–te amo, mamá –confesó en un tartamudeo. el olor del vino lo mareaba un poco.

y cuando había alzado su brazo para abrazarse mejor a su mami, el tirante de la manchada bata se deslizó: su hombro, su brazo y parte de su pecho estaban expuestos; changbin quería irse corriendo del abrazo antes de que se volviera incómodo.

últimamente era incómodo mantener un tacto físico con hyunjin, porque sentía que algo en él no estaba del todo bien, y le asqueaba la idea que tanto había estado evitando por tan verdadera que fuera. ¿cómo iba a saber que era si jamás lo había experimentado tan abiertamente? y sobre todo, no podías hablar de esas cosas con nadie. o te tenían lástima, o te veían como un enfermo mental en potencia.

la sangre no mienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora