Amor en el Infierno

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Esta historia comienza con Velvette la cual estaba Harta. Harta de sus compañeros obsesionados con otros, los llantos de Vox porque Alastor  era mejor que el, harta de Valentino y sus ataques de ira porque Angel no respondía sus llamadas o mensajes o alguna mierda por el estilo. Pero lo que mas le molestaba era tener que ir a las estúpidas juntas de los Overlords que ahora eran mucho más seguidas y sus “compañeros” no querían ir porque estaban demasiado ocupados estando molestos y quejándose de todo y de todos.

Una vez llegó al lugar de la junta puso toda la atención que pudo en esta, puso más interés en su celular que en cualquier otra cosa, anotó algunas cosas nada realmente importante y no dijo nada durante la junta, todos los demás Overlords la miraban de reojo no podían creer que estuviera portándose bien, incluso Zestial se despidió de ella pasando a su lado y marchándose.

–Velvette, necesito que te quedes un momento– le ordenó Carmilla con ese tono autoritario que ella tanto odiaba, pero en ese momento ella no quería pelear con la mayor, por lo que se quedó sentada en su silla, mirando fijamente a la demonio frente a ella mientras todos terminaban de irse. Una vez estuvieron solas Carmilla puso sus manos sobre la mesa –Me gustaría felicitarte, es realmente increíble y sorprendente que te quedes tan quieta y obediente, eso es algo muy respetuoso de tu parte–

Al escuchar eso Velvette finalmente levantó la vista de su teléfono con una sonrisa insoportable. -No estoy actuado así por respeto, solo que esto es tan aburrido que prefiero callarme, tal vez seré respetuoso cuando te lo hayas ganado, pero de momento todo lo que has hecho hasta ahora es muy insufrible-

Carmilla mantuvo el contacto visual y le dijo -Debería enseñarte una lección sobre el respeto-

-Solo necesitas relajarte un poco, además yo hago lo que quiera cuando quiera- dijo Velvette mientras cruzaba los brazos -aunque creo que eso es un concepto que tu no conoces anciana-

Carmilla solo se dedico a sonreír un poco, su expresión empezaba a hervir la sangre de la más baja, sentía que debía arrancarle la garganta –supongo que con tu presencia más… tranquila está claro que te has ganado un poco de respeto de todos- dijo Carmilla con el tono que la caracterizaba

–Ya te lo dije una vez, y te lo diré de nuevo fósil, yo no necesito el respeto de nadie, yo hago lo que me plazca no necesito tu respeto ¿Quién te crees que eres para decirme como actuar?– se burló mostrando los colmillos en una sonrisa torcida y molesta, sabía que a la otra Overlord no le gustaba esas demostraciones de insubordinación, pero para su mala fortuna Carmilla solo sonrió mas

-esta bien, solo sigue portándote como lo hiciste hoy en las reuniones y pasaré por alto esta pequeña rabieta tuya, pero si no lo haces tendré que enseñarte algo de respeto– Carmilla se dio media vuelta dando por terminada la conversación

Velvette se levanto de su silla y camino hasta quedar detrás de  Carmilla -sabes, me pregunto si realmente vas a cumplir esa amenaza, o si serás todo una farsa para asustarme-

Al escuchar esto Carmilla solo se queda parada y con algo de enojo responde -eres muy tonta como para saber que te estoy hablando enserio-

Velvette la cual ya estaba enojada se enojo aun mas al escuchar eso, no iba a dejar pasar esta humillación tan fácilmente, ella quería matarla, saco un par de cuchillos y se abalanzo contra Carmilla, está última uso su peculiar zapatilla/arma para desviar el ataque de la mas pequeña. El cuerpo de Velvette se estrelló contra el suelo cuando recibió el ataque de Carmilla.

-¿De verdad crees que puedes atacarme por la espalda, pequeña perra? ¡¿En mi maldita casa?!- Gritó Carmilla.

Velvette intentó defenderse mientras Carmilla la inmovilizaba. Sus manos se dirigieron a los brazos que ahora la mantenían en su lugar. Ella se retorció y se agitó tratando de salir, pero su estatura le impidió ganar en un combate uno a uno -¡Hazme algo, cualquier cosa y los V’s te cortarán la maldita cabeza!- Velvette amenazó, tratando de tomar cualquier forma de ventaja.

Carmilla por su parte libero a Velvette la cual se puso de pie solo para recibir otro golpe por parte de la mayor la cual la estrello contra una pared y empezó a presionar su zapatilla contra la mejilla de la más joven, la pelirroja pudo sentir que le había cortado, su sangre brotaba muy suavemente -Como sabrás mis armas han sido probadas con ángeles y demonios, dudo que quieras un corte más profundo y debajo de tu cabeza- tras decir eso Carmilla agarró los hombros de Velvette y la estrelló contra el suelo con fuerza. El dolor recorrió el cuerpo de Velvette y su cuerpo quedó flácido, Carmilla aprovecho el momento para presionar su zapatilla contra el pecho de Velvette.

En este punto Velvette ya no era razonable, estaba muy enojada. Ella era la cabeza de los V’s por algo y era debido a su inteligencia, su sarcasmo y su crueldad, pero estaba siendo dominada por una anciana, en ese momento lo único que deseaba era en vengarse de la engreída y vieja Overlord y una idea apareció en su cerebro, usando la fuerza que le quedaba Velvette tomó a Carmilla del tobillo sujetándolo con firmeza, sonrió con malicia y entonces usando su lengua la envolvió desde el tobillo hasta la punta del pie evitando el acero celestial. Carmilla estaba demasiado sorprendida por el descaro y el aparente nulo aprecio por la vida que Velvette tenía. Pero para Velvette esa expresión de confusión no era suficiente, ella necesitaba verla humillada y avergonzada, quería verla sufrir frente a ella, Velvette fue muy veloz y certera usando todas sus fuerzas logro cargar a la mayor, dándole la vuelta a la situación, poniendo a Carmilla sobre la mesa y empezando a lamer la zona de la pantorrilla y la rodilla de la mayor que aún no se recuperaba de la confusión de lo que estaba sucediendo y aún cuando empezó a recuperarse Velvette ya estaba lamiendo el muslo interno de la peli blanca y se acercaba peligrosamente a su zona íntima.

Después de unos segundos Carmilla por fin pudo hablar –¿¡Qué crees que estas haciendo maldita perra!?– rugió retomando el sentido por completo, su rabia estaba desbordando, Velvette ahora tenía una mirada divertida -¡Te matare mocosa insolente!-

–Mejor guarda silencio anciana, además creo que tu deberías empezar hacerme caso ahora mismo– respondió, levantando su celular, Velvette le mostro un par de fotos donde se notaba lo que habían hecho, las tomas hacían parecer que lo sucedido se viera de una forma mucho más íntima y sugerente -No puedo esperar para enviarle esto a Valentino. No tienes idea de cuánto pagará para tener esto en su canal-

-¡Eres una perra!- Grito Carmilla mientras luchaba por arrebatarle su teléfono a Velvette -¡Te matare antes de que puedas enviarle eso a alguien!-

–No lo creo Carmilla, ya lo guarde, aunque llegases a matarme todo el infierno se enteraría que me follé a la más grande traficante de armas del infierno,  podríamos ponerlo en todos lados con la ayuda de Vox-

Carmilla enseñó los dientes -El chantaje está muy por debajo de tu nivel-

Al escuchar esto Velvette no pudo evitar sonreír, la expresión preocupada que Velvette tanto había anhelado ver por parte de Carmilla no tenia precio –sabes, estoy a un solo clic de hacer esto publico, pero puedes abrir las piernas, dejarme hacer lo que quiero hacer y nunca hablaremos de esto-

-¿Y como se que no me estas engañando, Me amenazaste y ahora esperas que confié en tu palabra?-

-Esa pregunta me ofende- dijo la más joven de forma desinteresada, volviendo a acariciarle las rodillas con sus dedos y relamiéndose los labios -podre ser muchas cosas, pero siempre cumplo mis promesas-

-Que es lo que quieres que haga?-

-ya nos estamos entendiendo, primero que todo quítate esas cosas de los zapatos, puedes cortarme– pidió Velvette sonriendo alegremente, Carmilla hizo caso a quitándose sus armas, apenas termino de quitárselas Velvette se lanzó hacia Carmilla, lamiendo los muslos internos de la mayor, estaba demasiado excitada como para ocultarlo, la traficante era tan atractiva que no pudo controlarse y termino de rasgar la tela de sus pantalones, lamió  y mordisqueando con entusiasmo, sus colmillos le hicieron cortes en la piel, Velvette escucho como la mayor soltaba gruñidos de dolor e ira, Velvette intentó calmar el dolor de su nuevo juguete dando pequeñas lamidas para limpiar la sangre que salía de sus heridas, pero a pesar de ello no pudo evitar dejar más mordidas que dejarían marcas por días -serás un juguete maravilloso en mis manos, no intentes defenderte si no quieres afrontar las consecuencias anciana-

-C…cállate mocosa, si vuelves a decir eso te…te juro que joder... joder...-Carmilla fue silenciada cuando Velvette empezó a lamer muy cerca de su zona intima

la traficante arqueó el cuerpo y apretó con sus piernas cuando la lengua de la mas joven se introdujo en su vagina, la cabeza de la V’s entre sus piernas era vista que nunca hubiera imaginado pero su interior se apretó alrededor de la lengua ajena y sus fluidos le inundaron la boca, Velvette, Carmilla se maldijo a si misma, era la mayor traficante de armas de todo el infierno, no podia estar actuando así, por otro lado Velvette estaba encantada por probar y beber los fluidos de Carmilla, para ella era el mejor de los licores, era adicta a esta sensación, saboreaba aquel néctar y lentamente empezó a empujar su lengua mas dentro de ella buscando sus puntos más sensibles, dando como resultados a una Carmilla que no sabía que hacer con tanto placer, pero después de un rato Velvette termino separándose, ella se subió a la mesa y se poso sobre Carmilla para contemplarla

–¿Y…ya terminaste? – pregunto la Overlord más antigua con los ojos llorosos, pero Velvette no estaba muy contenta con esa orden
– Creo que no estás en posición de pedir eso en este momento – murmuró con una voz que ni ella reconocía, era sensual, le recordaba a las actrices de Valentino
–Si no terminaste…por favor, continua- está vez la Carmilla rogó mientras se soltaba el cabello y a los ojos de ella se veía aún más apetecible que antes, Velvette ante la situación pasó sus dedos desde los pechos de la mayor tomando un momento para acariciarle los pezones, descendiendo por su firme y tonificado abdomen hasta finalmente llegar a su vientre el cual apretó delicada y provocativamente, sus dedos índice y medio empezaron a acariciar de nuevo el clítoris de la mayor mientras está evitaba gemir para delatarse

–¡V…Velvette, ya no aguanto mas!– gimió Carmilla de forma ahogada, arqueando el cuerpo, apretando los dedos de la pelirroja casi de forma dolorosa pero placentera y finalmente la soltó dejándose caer sobre la mesa, agitada y abrumada. Cómo toque final, Velvette bajo hasta su entrepierna y lamió los restos de su orgasmo, aquel néctar que era tan adictivo como las drogas de Valentino.

Una vez más calmadas Carmilla apunto a la puerta sin mirarla y Velvette supo que tenía que irse, pero antes de cruzar la puerta Carmilla le dijo -Nos vemos en la próxima reunión cariño-

FIn

Carmilla Carmine X VelvetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora