꒱: Donde Felix termina una nueva canción, pero al mostrársela a su novio, éste nota algo...peculiar en ella.
Ahora, deberá cumplir con las múltiples indirectas que él ha puesto en la canción, y aprender "Las Cosas Que Un Hombre Debería Saber".
₊˚⊹...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Changbin
"No empezar aún es la mejor forma de empezar".
El resto de esa noche pasó sin pena ni gloria, solo yo tratando de fingir amnesia y hacer que Felix la sufriera conmigo, así quizás me perdonaría.
Él se fue a dormir más temprano de lo que lo hacíamos los fines de semana, y yo entendí eso. Yo tampoco me habría quedado ahí de ser él. El día siguiente era lunes, ambos teníamos trabajo, así que la mañana no fue mucho problema.
Felix se vistió, tan reluciente como siempre y se fue antes que yo, no sin antes darme un beso en los labios como todas las mañanas. Excepto que claro, me sentía culpable aún, a pesar de que éste no me había sabido menos glorioso que cualquier otro beso de los labios de Felix.
Apenas se fue me largué a nuestra habitación a volver a escuchar la canción con más detenimiento.
En esta ocasión, tenía un papel y un lápiz para no olvidar ningún detalle, fácil, ¿no?
Claro, lo fue. Al menos hasta el momento en el que me di cuenta de que lo que pedía Felix era 0 difícil de cumplir...¿en serio él había tenido que pedirme algo tan básico como un mensaje de buenos días?
El peso de la culpa no se fue al escribir, al contrario, aumentó. E incluso me di la libertad de darme notas propias, añadiendo más cosas que descubrí que debería cambiar o agregar.
Claro, nadie es perfecto y mi plan tampoco era ser el primero, pero él merecía la mejor versión de mi, o al menos la más acercada a esta, y si podía hacer cambios para cumplirlo, claro que lo haría.
Lo primero era algo sencillo, pero aún sentía que requería de más tiempo, comenzar el plan al día siguiente de haber escuchado la canción aún me parecía algo hipócrita, aún así, había otra cosa que podía hacer.
Felix me había contado que la comida que servían en la cafetería más cercana a su empresa era un asco, pero que no le daba tiempo a cocinarse algo por la mañana (ahora que lo pienso, quizás eso era una indirecta...). Como yo solo me levanto a despedirlo y luego vuelvo a dormir una hora más antes de irme a mi trabajo, nunca pensé en esto.
Hacerle un almuerzo.
Qué jodida pereza representaba para mí hacerlo a las malditas seis de la mañana, ademas, si lo hacía a esta hora, cargado de sueño, quizas incendiaba el agua. Pero algo sí que podría no ser una pereza: hacerlo a las ocho y media antes de irme a trabajar, y pasar a dejárselo a su trabajo a las nueve con diez, justo la hora del desayuno en su empresa.
