Tyler, mi amor dañino.
Sus manos cálidas se volvieron como el hielo, frías y capaces de quemarme.
Sus ojos sinceros y que me veían con amor se han vuelto un infierno donde ardo en llamas y no soy capaz de ayudarme a mi misma.
Ahora me encuentro e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El pasillo del hospital está poblado de personas, más en el área de emergencia. Aún tengo el corazón en la manos de cuando Tyler se desmayo en mis brazos.
Vi al doctor salir de la habitación y se dirigió hacia mi, donde me encontraba de brazos cruzados con la vista perdida.
—¿Cómo está?—me puse de pie inmediatamente, aún sonámbula.
—Ahora se encuentra descansando, las heridas por suerte no fueron muy graves. Excepto por las marcas en su piel, que tardarán al sanar y les causarán dolor.
Suspire aliviada, gracias a Dios no le pasó nada grave.
—Ya puede estar tranquila, pero necesitamos a sus tutores.
—Estarán aquí en un momento, aunque puede decirme o puedo hacer lo que necesite yo.
—¿Eres mayor de edad? ¿Qué relación tienen?—pregunta sin perder el tiempo.
—Soy su novia, pero soy menor.
—Entonces no puedo explicarle algunas situaciones.
Asentí vencida y me senté en mi asiento, donde esperé a la madre de Tyler.
En mis zapatos el lodo está como adorno. Me siento tan incomoda por el sucio que mi cuerpo pica al colmo de arder. Tengo dos uñas rotas y el pelo hecho mierda, sin contar mi ropa toda desmadrada.
Tome el celular de mi mochila, me la trajo la profesora y marqué a la madre de Stiven, la cual se encuentra con el.
—Hola.
—Hola, Baby. ¿Cómo va todo por allá?—hablo en su tono natural, una voz suave y delicada.
—Todo va bien, por suerte. ¿Cómo está Stiven?
—Se encuentra bien, ahora esta comiendo un caldo—las ganas que tengo de hablar con él y pedirle perdón son enormes, pero creo que es mejor hacerlo en persona.
—Solo quería escuchar eso, déjelo que descanse bien.
—Eso hará, tu también descansa y déjate cuidar.
—Vale, adiós—colgué la llamada después de despedirme y me quede a esperar por la madre de Tyler.
Vi el celular y ya son las 06:12, pero nadie llega. Supongo que debe de estar haciendo algo, hasta que vi la figura de un hombre alto y con traje acercándose.
Es el padre de Tyler, quien trae una cara malhumorada como siempre.
—¿Cómo está?
Su pregunta fue seca y ni siquiera se atrevió a saludar.
—Aún no despierta, pero el doctor dijo que esta todo bien.
—¿Todo bien? Tiene una pelea en dos horas—soltó entrando a la habitación. Yo no me atrevía a entrar a la habitación, ni quería verlo en mal estado.
