3. La larga espera

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 Cambiar el canal de televisión ya dejó de ser divertido hace mucho para Gun, quien observa con ojitos tristes el teléfono sobre la mesa

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Cambiar el canal de televisión ya dejó de ser divertido hace mucho para Gun, quien observa con ojitos tristes el teléfono sobre la mesa. No hay ninguna luz azul parpadeando, no hay ningún mensaje y ya son casi las once de la noche, sin rastro alguno de su Papii.

El delgado chico se abraza por las rodillas, dejando caer hacia atrás su cansado cuerpo en el respaldo del blanco sofá de la sala de televisión. Se acaricia con la punta de sus dedos las medias largas y cálidas de tono gris, que cubren hasta sus piernas. El algodón se siente suave y tibio al contacto con las manos del castaño, quien ladea su rostro sobre sus rodillas, tira de las mangas de su suéter hacia adelante y cubre sus manos por completo.

Hay un poster de película en la pared que Gun recorre con mínima atención, perdido en sí mismo más que en los detalles de la imagen. Cierra los ojos y suspira, ya casi es hora de dormir y debe ir a asearse, aunque Papii no vaya a ayudarlo a escoger y poner el pijama, esta vez.

Resignado, a las once en punto de la noche se pone de pie rumbo al cuarto de baño, donde abre el grifo de la bañera esperando que esta se llene.

El borde tejido de su suéter ya resbalaba entre sus dedos, a solo un movimiento de descubrir su cuerpo, cuando un sonido inconfundible para sus oídos, llena su pecho con inmensa adrenalina y felicidad es un sentimiento incomparable.

—¡El auto de Papii está fuera! —grita y sale disparado del baño.

Los pasos de Gun dejan eco en las escaleras de madera, corre sin parar hasta llegar al pasillo y se detiene a tres metros de la puerta, dando saltitos, subiendo y bajando en las puntas de sus pies.

La puerta se abre después de que Papii ingresa el código de seguridad y desliza la tarjeta, dejando ver al alto y pelinegro hombre de traje —que tiene tan enamorado al menor con su corbata floja en el cuello, el cabello ligeramente despeinado, sus lentes circulares mal puestos en el rostro y su portafolio en la mano izquierda.

«Papii es muy guapo a pesar de todo y es sólo suyo.»

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Papii... Please!!! - H.A #32Donde viven las historias. Descúbrelo ahora