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Rhaenyra caminaba sin rumbo. Perdida, solitaria. No sabía ni siquiera donde estaba, solo podía caminar y caminar, tratando de escapar de los ultimas palabras de su hijo. ¡Madre, huye! grito su pequeño mientras la multitud los separaba. No podía ver nada, sus ojos llenos de lagrimas le impedían ver cualquier cosa, pero entonces escucho una espada desenfundándose. Levanto la cabeza y limpio sus ojos, al hacerlo sintió la preocupación y el temor recorrer su cuerpo, su hermano menor, Daeron, estaba frente a ella, con su armadura cubierta por cenizas y la espada desenfundada, temblaba de rabia, su rostro contorsionado en un gesto entre rabia y tristeza, fue entonces cuando Tessarion apareció y se coloco detrás de su jinete. Era oficial, moriría ese día.

Rhaenyra se quedó helada al sentir el filo de la espada de Daeron tan cerca de su cuello. La reina negra contuvo el aire, sintiendo que su final se acercaba, su ejército había perdido a manos de Daeron y ella era solo una mujer sin capacidad de luchar, nunca espero que mientras escapaba Daeron y su dragón vendría reclamar territorio.

—Hola, hermano—susurro Rhaenyra, también estaba cubierta por cenizas, su vestido estaba lleno de cenizas de dragón, parecía haber estado llorando, pero incluso en ese estado seguía siendo la criatura más bella de los siete reinos. Rhaenyra trato de mantener la compostura, sabía que probablemente moriría, nunca quiso que Jaehaerys y Maelor murieran, pero ya era parte del pasado y no podía deshacerlo. Inocentes siempre morían y sufrían en las guerras. Daeron presionó su espada al percatarse de que era de nada menos que de Rhaenyra, su mayor enemigo y la principal opositora a su hermano Aegon. Sintió la rabia recorrer su cuerpo al recordar la muerte de sus sobrinos, aunque las pulcras manos de esa bella mujer no había empuñado arma alguna para matarlos, era la culpable por haberlo ordenado. Rhaenyra se mantuvo erguida, su rostro cubierto por cenizas, miro a su alrededor, observando la devastación. Pareció ligeramente asustada, aunque pronto lo disimulo—Eres igual de cruel que Aegon, no esperaba menos de un hijo de Alicent—dijo con repulsión, como si el nombre de la madre de Daeron no fuera digno de ser pronunciado por sus preciosos labios.

—Creí que estabas muerto—apretó los puños, escucho que Daeron habia muerto y al escucharlo se sintió aliviada, ahora estaba frente a ella, su mayor preocupación respirando y de pie frente a ella. Daeron se mantuvo inmóvil ante su hermana, era cierto que sentía que había visto su sonrisa por última vez, pero ahora que la tenía frente a él se quedó helado, la reina negra estaba como ella siempre había sido...Hermosa.. era lo único que rondaba la mente de Daeron cuando ella estaba frente a él, pero apartó esos pensamientos de su mente y se acercó a Rhaenyra.

—Creíste mal hermana, estoy vivo.—Daeron estudió el rostro de la Reina de cerca, estaba furioso en ese momento... el hecho de que gran parte de su familia había sufrido por lo que ella había hecho le hizo ver rojo... apretó el puño y la miró—¿Qué te trae? ¿aquí? Pensé que la Reina Negra estaría escondida dentro de Desembarco del Rey...— habló, su voz llena de desdén.

Rhaenyra aparto la mirada, apretando la falda de su vestido con rabia y tristeza.

—Los siete reinos se han levantado contra los Targaryen—dijo con pesadez, su voz usualmente melodiosa ahora estaba ronca, supuso que de tanto llorar—asaltaron Pozo dragón y mataron a todos los dragones que pudieron encontrar—un quejido abandonando sus labios, recordando los chillidos de los dragones mientras en masa guerreros de todas partes de los reinos los atacaban—tras ello vinieron por mi y... —Rhaenyra se llevó la mano al vientre, conteniendo las lágrimas—yo pude escapar, mi hijo no—lo intento, realmente lo intento, pero en medio de la multitud su hijo le fue arrancado de los brazos y con él se fue todo vestigio de lo que alguna vez fue la delicia del reino.

Daeron escuchó, sus ojos adquirieron una sombra más profunda de odio mientras escuchaba el relato de su hermana sobre lo que le sucedió... pensó en el cadáver quemado de Jaehaerys sin cabeza y el cuerpo destrozado de su sobrino Maelor... su corazón se heló y la idea de perder a toda su familia lo asusto, la idea lo hizo enfurecer, aunque sabía que era lo justo que ella perdiera a todos sus hijos por sus crímenes contra los hijos de su hermano seguían siendo niños Targaryen, intocables por la gente del común.

Fuego y Lagrimas (Rhaenyra x Daeron)Where stories live. Discover now