Sus manos temblaban, si no fuera por las manos de su novio probablemente el objeto que tenía ya hubiera caído al suelo.
—Tranquilo...—La suave voz de Jude trataba de darle calma, pero no podía, por Dios llevaba tanto tiempo...
Tanto pidiendo una oportunidad, un pequeña oportunidad para tener una familia, para poder cumplir su sueño y el de su novio.
"Un bebé"
Lo deseaba tanto, su Alfa y él lo querían tanto, pero había algo malo con él, llevaban más de tres años intentando.
Gavi sabía que Jude lo amaba con todas sus fuerzas, jamás le reclamo el no poder concebir un cachorro, jamás le reclamo nada de eso, al contrario siempre era él el que sonreía y decía "Ya llegará" cada vez que la prueba daba una sola rayita.
Pero hace unas semanas se empezó a sentir mal, no podía soportar el olor de algunos de sus alimentos favoritos, tenía horribles dolores de cabeza, y hoy como cereza del pastel, se había desmayado en la puerta del baño.
Y la esperanza floreció, primero en los asustados ojos de Jude quien como si Gavi fuera una hoja de papel lo tomó en sus brazos y lo llevó a la cama, y sin decir nada, prácticamente salió corriendo al baño de nuevo.
Gavi no entendía, no se había lastimado como para que su novio viniera como loco con la cajita de primeros auxilios.
Pero sus dudas se despejaron cuando Jude sacó una de las pruebas de embarazo que tenían.
—¿Amor y sí...?
La voz de Jude detonaba tantos sentimientos, miedo, alegría, esperanza. Sus ojos no le quitaban la mirada de encima, aún con la prueba de embarazo en su mano, no lo estaba presionando, nadie más que Jude sabía las incontables veces que Gavi se derrumbó con una de esas pruebas en sus manos.
Por eso esa prueba aún estaba en las manos del mayor y no en las de Gavi, sería decisión de Gavi volver a tomar esa prueba.
—Tengo miedo... Jude, tengo miedo.—Susurro para luego tomar la prueba y Jude lo tomara en un fuerte abrazo.
—Lo sé mi amor, pero yo estoy aquí, yo te sostendre.
Unos minutos después, Gavi salió del baño, Jude estaba por volverse loco en la habitación, tan pronto vio a su novio corrió hacia él.
Lo sostuvo en sus brazos, sostuvo esa prueba con él y espero con él.
Positivo.
Los meses pasaron, Gavi era el omega más feliz del mundo, Jude no lo dejaba solo ni por un instante, era el primero en despertar y el último de los dos en dormir.
Vigilaba el sueño de su omega, se encargaba de espantar cualquier mal sentimiento que se presentará en Gavi y él sintiera a través del lazo.
A veces, cuando las pesadillas perseguían a Gavi, Jude no dormía, se quedaba en vela impregnado a su omega para que supiera que él estaba ahí, y que nada le pasaría.