Un cuaderno de besos.

1.- Primer beso.

Los labios de Levi eran delgados, ligeramente rosa pálido, tenían una atractiva curva en el labio superior, como si fuera un corazón, a veces parecían maltratados ya que era una persona algo ansiosa así que tendía a mordérselos constantemente, pero una vez los hidrataba o cuidaba con crema de cacao tenían esa apariencia de modelo de lápiz labial. Eran atractivos, los viera por donde los viera.

Era la primera vez que Eren se interesaba por los labios de alguien más, si era sincero, era un sentimiento algo extraño de procesar, pero, al fin y al cabo, desde la perspectiva de Isa, tenia sentido que tuviera ese tipo de curiosidad y quisiera analizarlo de manera más cercana. ¿O no? Después de todo, llevaba saliendo con Levi cerca de un año, un año, y jamás se habían besado, empezarse a cuestionar al respecto también era parte del proceso, aparentemente.

Se conocían desde hace quince años, vivían uno al lado del otro en el mismo barrio, habían compartido los mismos colegios y clases, sus familias se reunían de vez en cuando para los cumpleaños o para celebrar las fechas patrias, así que se conocían relativamente bien y profundo. Siempre estaban juntos, era raro verlos uno separado del otro, algunos incluso habían apostado mucho tiempo atrás sobre el hecho de que ellos terminarían en una relación tarde o temprano, pero, aun así, se sorprendieron cuando el año pasado Eren les anuncio que oficialmente ambos eran pareja, y se sorprendieron aun más, cuando su relación en realidad no había cambiado en absoluto. Eran igual de pegajosos y posesivos uno del otro. Era más evidente, claro, pero en realidad, la dinámica seguía siendo la misma.

—¿De verdad me estas diciendo que jamás se han besado? —Isabel le había preguntado una semana atrás, con toda la curiosidad de sus otros conocidos en la espalda.

—Ah... no. Levi es enemigo de las bacterias y una vez dijo que el hecho de compartir saliva con otra persona era irremediablemente antihigiénico. —la respuesta fue descaradamente casual.

—Me siento decepcionada de ambos, pero no tan sorprendida. Creo. ¿No tienes curiosidad? Es decir, todas las parejas se besan, se abrazan o tienen... ya sabes, contacto físico más íntimo.

—¿Estas indagando sobre nuestra vida sexual? Eso es acoso, si no lo sabias.

Isabel se retrajo en su asiento, avergonzada y atrapada en la trampa.

—No realmente, solo es simple curiosidad, es decir... todos intentamos imaginar como es que ustedes conviven cuando están solos. Aun así, es sorprendente que ni siquiera se hayan besado, creímos que habían pasado esa barrera.

Eren suspiro como si estuviera aburrido con la conversación. No le interesaba realmente y tampoco lo había pensado antes. A decir verdad, solo había aceptado salir con Levi porque él lo había propuesto primero, nunca pensó en lo que una relación conllevaría, ¿qué era al final ser novios? ¿Tomarse de las manos y decirse mimos o solo besarse y tener relaciones sexuales de vez en cuando?

—¿Tengo algo en el rostro? —Levi dejo de sorber la malteada y le devolvió la mirada con curiosidad.

Quería a Levi, de eso no había duda. Lo amaba, si era necesario usar otra palabra de más peso. Era cierto, pero... ¿Eso era necesario para una relación?

—¿Qué piensas de nosotros? —Eren dejo escapar la pregunta mientras separaba la vista de los labios brillosos de Levi.

—¿A que te refieres? —recibió una mirada extraña.

—Ya sabes, como pareja. —noto un leve sonrojo en las mejillas de su anterior mejor amigo y sonrió con ternura.

Para todos, Levi era alguien frio e inaccesible, para él, la persona más adorable y atenta de todas.