Entre el pasado y el presente.

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—Saben, me parece un poco injusto que el viejo nos haga regresar tan de repente—. Dijo Lucas —¿Acaso no puede venir aqui como todos los veranos?—.

—A mi me parece lindo que nos haya pedido a todos sus hijos pasar el verano con el—. Tomas respondió mientras revisaba su celular con una pequeña sonrisa. -Vicente acaba de llegar y Henry está en camino-.

Oía atentamente a los gemelos hablar mientras descansaba en el asiento de atrás del lujoso auto.

-¿Saben algo de Skylar?-. Pregunto Tomas mientras me observaba por el pequeño espejo del coche.

-De hecho no se nada sobre el desde la cena de año nuevo ¿Y Tu magnolia?-. Negué ligeramente.

-No se nada de el desde hace cinco años-. Ambos suspiraron como si estuvieran agobiados.
-¿Sucede algo con el?-.

-La verdad no se-. Dijo Lucas sin apartar la vista de la carretera.
-Siempre está "ocupado" pero espero y pueda estar con nostros aunque sea unos dias-. Tomas asintió dando a entender que estaba totalmente de acuerdo con su gemelo.

Dado que todos somos mayores de edad y tenemos nuestras propias vidas no nos vemos muy a menudo pero lo intentamos. Tomas y Lucas son un año mayor que yo y asistimos a la misma universidad por lo que convivimos juntos, nos vemos todos el tiempo y somos realmente unidos, por otro lado Vicente quien vive en Inglaterra con su prometida nos llama almenos dos o tres veces a la semana y cada tanto suele viajar hasta Francia para pasar unos días juntos. Henry por su lado trabaja en la empresa familiar como Viceprecidente por lo que no lo vemos demasiado, sin embargo siempre me manda un mensaje de buenas noches, el misterio aquí es Skylar a quien nadie ve y de quien nadie sabe, como si apesar de ser nuestro hermano este nos evitará todo el tiempo.
Sería toda una sorpresa si este apareceriera en la casa.

-Este lugar se ve exactamente igual a como lo recordaba-. Tal vez suene demasiado melancólico pero era imposible no estarlo.

-Han pasado cinco años y todo sigue igual-Tomas no dejaba de tomar fotografías.

Un extenso camino de piedras rodeado de grandes cedros naranjas nos giaban hasta la mansión de madera oscura que se veía en el interior. Todo estaba igual a como lo recordaba, incluso la estación en la que me fui era la misma.

-Deberíamos de jugar a las escondidas como en los viejos tiempos-. Dijo lucas divertido.
-Recuerdo que eras pésima en eso Magno-.

-Era imposible jugar con ustedes-. Y no mentía.

-Tal vez ahora te vaya mejor, ya no eres tan asustadiza-. Bromeo Tomas.

Solo lade los ojos y continúe observando por la ventana mientras los gemelos seguían recordando como se divertían asustandome de niña, entonces lo vi. A unos pocos metros de nosotros justo en las escaleras de la entrada de la mansión Skylar y Papá charlaban plácidamente mientras sonreían como si nada importara.

-Wow ¿abra llegado primero?-. Lucas estaba igual de impresionado que yo.

A pesar de los cinco años que nos habían sepado su rostro se veía igual de joven que la última vez que lo vi, su cabello negro ondulado estaba ligeramente más largo que hace cinco años, pero sus lentes negros de marco grueso seguían siendo los mismos.

-Esta más viejo-. No pude evitar reír ante el comentario de Tomas.

-¡Hijos!-. Al bajar del auto los fuertes y acogedores brazos de papá nos rodearon uno a uno dejándome para el final.

Sus ojos azules claros algo caídos por la edad se detuvieron en mi, mirándome fijamente de arriba hacia abajo su sonrisa se había borrado y sentía como si algo anduviera mal, pero ese sentimiento pronto se disipó.

-¿Porque has crecido tanto?-. Dijo antes de precionarme fuertemente contra el mientras las lágrimas salían de sus ojos empañando sus lentes redondos.

-No llores papá -. Acariciaba su espalda correspondiendo con mucho cariño su abrazo, abrazo que a su vez habia extrañado demasiado.
-Si sigues así no voy a querer irme nunca-. Bromee.

-Pues no lo hagas, quédate con nostros-. Dijo apartándose sin soltar mis manos.

Justo detrás de nostros apareció Henry por lo que papá rápidamente corrió tras el, siendo seguido por los gemelos. Mientras observaba la escena con una sonrisa boba en mi rostro alguien caraspeo la garganta tras de mi llamando de esta manera mi atención.

-Cuanto tiempo sin verte magnolia-. Cruzado de brazos y apoyado a la oscura pared de madera Skylar me observaba seriamente.

-Si, mucho tiempo-.extendi mi mano en forma de saludo. -Que bueno verte Skylar-. Su mano pálida y delgada estába fría, más bien helada apesar de que el clima de hecho no estábamos particularmente frío.
-¿Mamá donde está?-. Dije algo indiferente a su presencia.

-Han pasado cinco años ¿es lo unico que voy a obtener de tu parte?-. Sonaba algo molesto pero a la vez desinteresado.
-Fue a buscar a Vicente y Maria-.

-¿Vicente viene con su novia?-. Asintió

-Aunque ahora es prometida ¿no sabías que la razón de nuestra reunión es su boda?-. Mis ojos casi se salen de sus cuencas por la noticia.

-¿Lo dices encerio?-. Skylar asintió.

-¿alguna vez te eh mentido?-. Fingí estar pensando durante unos segundo a lo que el rápidamente negó.
-Mejor no me respondas-. Le dedique una pequeña sonrisa divertida mientras asentía.

-Si mejor no lo hago-. Dije recordado todas aquellas mentiras piadosas de su parte que me habían metido en más de un apuro durante nuestra infancia.

-¿Ustedes dos no me piensan saludar?-. Desde lo lejos Henry gritaba con una sonrisa radiante en sus labios.

Toda esta situacion se sentía tan cálida.
La noticia de la boda me había tomado por sorpresa, sobre todo porque a pesar de hablar varias veces a la semana no había sido el quien me lo había dicho, pero por otro lado me sentía realmente feliz por el, era un buen chico y ella una buena chica, sin dudas se merecían y estaba muy feliz de que la familia vuelva a estar unida para una ocasión así, aunque la presencia de Skylar no me hiciera sentir tan tranquila.

Todo estaría bien, lo que había pasado hace cinco años había quedado en el pasado.