Prólogo

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-Pobre criatura...

-¿Por qué se esfuerza tanto? Ni siquiera va a vivir una vida tan larga.

-Nacer como hombre en esta familia es un pesar, me compadezco de él.

El niño rubio apretó el agarre a su espada al escuchar los, no tan disimulados, susurros de las mujeres mayores.

Podrían ser familia, podrían compartir un vínculo de sangre, pero, ¿qué sabían ellas?

Nada, absolutamente nada. A Akio no le servía de nada la "compasión" o la "tristeza" de esas mujeres. Ellas no sabían cómo era ser desmeritado solo por ser hombre.

"No te esfuerces"

"No lo intentes"

"¿Para qué?"

"No tendrás tiempo suficiente"

¿Y qué si él quiere esforzarse?

Sí, tiene poca esperanza de vida, pero Akio trazará su propio camino y no dejará que una simple maldición se lo quite.

Él haría todo lo que su clan no había hecho en siglos por cobardía.

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"Recientemente ha habido algunos casos de desapariciones en jóvenes, todos ellos tienen algo en común: ese parque de atracciones abandonado.

Según dicen los familiares de las víctimas se trata de una prueba de valor, en principio no mostraba ser una gran amenaza así que Tsujimura fue enviado, pero... ya han pasado dos días y no hay comunicación de cualquier tipo"

Suguru Geto miró la entrada de metal con una mueca, estaba bastante oxidada y muy apenas se podía distinguir el nombre de la atracción.

"Tu misión es ir y encargarte de la situación. Prepárate"

El hombre de hebras oscuras soltó un suspiro con un solo pensamiento en su mente: Encontraría a Akio y se irían juntos a como dé lugar.

En el momento en qué se adentro a aquel laberinto vió de reojo hacía atrás buscando responder a cierta sospecha que tuvo desde el momento en qué llegó, la cual fue confirmada al ver cómo la entrada había desaparecido.

La maldición que se encontraba viviendo aquí había desarrollado una técnica de extensión de dominio. Ahora la falta de comunicación de parte de Akio tenía sentido.

Volvió su mirada al frente y observó con detenimiento el dominio. Parecía que se había adaptado idénticamente a la temática de la atracción, era un laberinto enteramente de arbustos. Suguru usó su técnica ritual e invocó a tres de sus maldiciones para facilitarle la tarea de buscar a su compañero hechicero.

Ordenó que cada una fuera a una dirección diferente mientras él recorría el único camino posible por ahora.

Ordenó que cada una fuera a una dirección diferente mientras él recorría el único camino posible por ahora

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Moon Flower | Suguru GetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora