Prologo

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El aire en el Club era espeso con el humo del cigarro y la música estridente resonaba en las paredes descascaradas. En un rincón oscuro del local, Alastor, conocido como el Demonio de la Radio, se mantenía en silencio, observando con sus ojos carmesí la bulliciosa escena frente a él. Las luces intermitentes del lugar apenas lograban iluminar su figura, dándole un aura aún más intimidante y misteriosa.

El Club, un refugio para los perdidos y los desesperados, estaba lleno de personajes de dudosa reputación. Los murmullos y las risas apagadas se mezclaban con el ruido de vasos chocando y el susurro constante de conversaciones secretas. Alastor, con su porte elegante y su inconfundible presencia, destacaba entre la multitud sin esfuerzo, como una sombra vigilante en medio del caos.

De repente, una figura imponente se materializó a su lado, interrumpiendo sus pensamientos. Era Vox, el líder de los Vee's, envuelto en su aura de confianza y arrogancia. Vox no era cualquier líder; su nombre infundía respeto y temor en igual medida. Con una sonrisa deslumbrante, que apenas logró disimular su astucia, se dirigió a Alastor.

"¿Qué tal, Alastor?" saludó Vox, su voz resonando por encima del bullicio del Club. "Tengo una propuesta que podría interesarte".

Alastor arqueó una ceja, intrigado por la sugerencia del líder de los Vee's. Desde que había llegado al Club, pocas cosas habían capturado su atención de esta manera. "¿Y qué podría ofrecerme alguien como tú?"

Vox se echó a reír, una carcajada llena de malicia y encanto que hizo que varias cabezas se volvieran hacia ellos. "Oh, Alastor, no subestimes el poder de los Vee's. Tenemos influencia, recursos y algo que sé que deseas: la oportunidad de ser parte de algo grande".

Los ojos de Alastor brillaron con interés mientras consideraba las palabras de Vox. Después de años de vivir en las sombras, de maniobrar en el inframundo sin más propósito que el de satisfacer sus propios caprichos, la idea de pertenecer a algo más grande, de tener un propósito claro, lo atraía de manera inesperada.

"¿Y cuál sería este 'algo grande' del que hablas?" preguntó Alastor, su voz resonando con un deje de curiosidad. Sabía que las palabras de Vox no debían tomarse a la ligera, y aunque la oferta era tentadora, necesitaba más información.

Vox se inclinó más cerca, su sonrisa ampliándose, y su presencia se volvió aún más dominante. "Los Vee's están creciendo, Alastor. Estamos tomando el control de este inframundo y dejando nuestra marca en todas partes. Y tú, con tu habilidad única y tu reputación legendaria, serías un activo invaluable para nosotros".

Una chispa de emoción prendió en los ojos de Alastor. La idea de ser parte de algo más grande que él mismo, de dejar su huella en el mundo de manera significativa, lo llenaba de una extraña sensación de anticipación. Había esperado mucho tiempo por una oportunidad así, una que le diera sentido a sus habilidades y a su existencia.

"¿Qué debo hacer?" fue su respuesta simple pero cargada de significado.

Vox sonrió triunfalmente. "Solo di que sí, Al. Únete a los Vee's y juntos seremos imparables".

Alastor se tomó un momento para considerar la oferta. El Club seguía retumbando a su alrededor, pero en ese instante, todo pareció desvanecerse. Miró a Vox a los ojos, leyendo la promesa y el desafío en su mirada. Finalmente, una sonrisa lenta y peligrosa se formó en sus labios.

"Sí," dijo Alastor con firmeza. "Vamos a ser imparables".


Somos Imparables // By: NyxEnigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora