Quien puede verlos?

Ellos creen pasar desapercibidos, tan desapercibido como suele ser un pedazo de papel higiénico atorado en el pasto después que el viento le llevó ahí, después que escapó del basurero en el que estaba.
Pero no, yo los veo, los veo ahí detrás del muro en sus casas de campaña. Veo las luces de los encendedores por las noches, iluminando parte de su rostro.
Quizá es la única luz que hay en sus vidas. Los veo desde la ventana, caminan por ahí, una parte de ellos consumida por su pasado y otra siendo devorada por su presente, y lo que queda se prepara para ser el postre del futuro.
¿Qué me diferencia de ellos? ¿Un horario marcado de 8 horas de trabajo, una dirección a donde lleguen las cuentas y Amazon?
Si solo es eso no es nada.
¿O la libertad? El poder estar un día aquí y otro día allá sin rendir cuentas? Bueno eso no es precisamente ser libre.
Así como estar rodeado de personas no es precisamente estar acompañado.
Gracia! La gracia eso deve ser, no esa gracia universal, si no una gracias inmensa pesada abrasadora gracia que no provine de nadie semejante a mi..