Parte 4 - Final

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Pasado, hace 3 años:


*Sonidos de bocina*

—Buenas tardes, se está comunicando con la clínica Xi'an Gaoxin, ¿En qué puedo ayudarlo?

—Buenas tardes, llamo para consultar si en sus instalaciones ha sido ingresado un paciente— su tono suena impaciente —Su nombre es Wei Ying, nombre de cortesía Wuxian.

—Deme un momento por favor— Un minuto después —Lo siento mucho, no hay ningún paciente registrado con ese nombre.

—Entiendo, gracias— cuelga la llamada. Sus ojos se desvían al siguiente número en la lista que sostiene en sus manos, tachando el anterior con un marcador y comenzando a marcar el nuevo número en su teléfono.

—Unidad Hospitalaria de Shanghai, en qué puedo ayudarle...

Cuando la llamada finaliza, Lan WangJi se desploma en el sofá, apretando la lista en su mano con fuerza.

Un lugar, una ubicación. Eso es todo lo que necesita... El irá a donde sea que se encuentre pero necesita saber a dónde dirigirse. Lan WangJi nunca había estado tan desesperado como se ha sentido en los últimos meses... Está cansado y hambriento, pero no tiene tiempo para preocuparse por eso.

Lan WangJi mira pestañeando, la pared blanca y vacía detrás del escritorio, con los labios apretados mientras algunas lágrimas se deslizan por su mejilla.

"Ya no vive en esta casa"

"Dicen que escapó"

"Que es un rebelde egoísta"

Le habían dicho, como si fuera idea más lógica, como si no estuvieran hablando de la persona más dulce y desinteresada que Lan WangJi jamás ha conocido.

"¿No le da vergüenza? ¿Un adulto con un niño?"

"Deberia irse ahora o llamaré a la policía"

Así que, por supuesto, la mejor opción fue marcharse en silencio. Pero Lan WangJi no se detendría allí... Sabe que Wei Ying no lo haría... Sabe que no desaparecería así como así.

Lan WangJi no lo cree y no lo creerá a menos que el propio Wei Wuxian se lo diga.

Así pues, comenzó su búsqueda. Primero en las terminales y aeropuertos, luego en los diferentes hoteles de la ciudad, teniendo en cuenta cada categoría también. Y ahora, como una medida desesperada, se encuentra llamando a cada hospital en el país.

Luo Qingyang, la amiga de Wei Ying, está absolutamente segura de que algo le pasó. Ella le habló a Lan WangJi de los golpes, de los insultos y todo lo que Wei Ying había estado soportando.

Lan WangJi se sintió indefenso... Un inútil.

Sabía que algo le pasaba, él vio los moretones muchas veces. Las diferentes flores de colores que aparecían aleatoriamente en el cuerpo de su amado. El los vio pero estaba esperando. Esperando a que el propio Wei Ying lo compartiera, esperando a que se abriera con él... No quería presionarlo, así que esperó.

Pero...

¿Esperó demasiado?

¿Es muy tarde ahora...?

Lan WangJi mira hacia abajo y ve el pequeño conejo de peluche negro delicadamente acomodado en uno de los asientos de su sala. Cuando Wei Ying solía visitarlo en su casa, siempre se sentaba sobre el sofá y mientras esperaba que WangJi preparara la cena, él mismo sacaba algunos lápices de colores y empezaba a dibujar... Cuando Wei Ying supo que le gustaban los conejitos, su casa de alguna forma se llenó de dibujos, pinturas y juguetes que retrataban al pequeño animal y Lan WangJi se encontró de alguna forma reconfortado por la hermosa vista. Ver sus dibujos, ver sus regalos, siempre lo animaba todos los días. Volver a casa y encontrar estos tiernos presentes, de alguna forma llenaban aún más su corazón, pero aparentemente, en la actualidad, eso no es suficiente para calmar la herida en su pecho.

Perdí mi corazón, ¿Puedo tener el tuyo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora