𖧷
Aquí fue donde nos conocimos hace un año
y aquí termina para siempre este relato.
Siempre estuve dispuesta a volver,
con mi complejo de salvadora
a justificar mis errores
y explicar donde no había concepto.
Quería por un momento
entender tu mente y tu corazón
nunca tuve respuesta a ello.
Simplemente
volvimos a ser extraños.
Al día de hoy me tranquiliza
ahora eres mi vago recuerdo.
Quise escribirte
y decir cuanto lo sentía
pero, ¿qué sentía?
Los momentos felices
están encapsulados en el campo,
viendo las estrellas en la noche
mientras hablábamos de nosotros.
Nosotros
nunca hubo eso.
¿Por qué Estragos de dulzor?
porque de todos los abusos
fuiste el más gentil
o al menos, eso aparentabas.
Esto no es un poema
ya no hay inspiración dedicada a tí
no quedan lágrimas
ni el reflejo de la mitad de tu cara.
Quise volver en tu cumpleaños
pero ya tenías a alguien
quien te felicitara.
Callamos para siempre.
Quizás si hubiera sido él...
No.
No seré algo que no soy.
Este es el final
ya no hay tela que cortar.
El apocalipsis de nuestros labios
ya ha cesado.
Mi estrago de dulzor
porque eras tan dulce
que me hacías tanto daño.
Solo brilla
como aquellas estrellas en el campo
y sé feliz como siempre he deseado.
Pero no vuelvas
ni hoy, ni mañana
Vive
ausente y despistado.
Quédate encerrado
en estos versos,
en un mensaje
tal y como fue en un principio:
un desconocido.
Donde sea que estés
gracias por darme valor de escribir esto.
Adiós, E.
Fin.
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Estragos de dulzor ©
Poetry«Tocaste con una daga punzante mi pecho, y de ahí florecieron girasoles para amortiguar el dolor. »
