12 - El secreto de Keith

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Charlie esperó dos horas más, dieron las ocho y por fin se rindió, Anne no iba a llegar. Estaba triste, decepcionado y ansioso, ¿Por qué si había cancelado todos los compromisos posibles tuvo que olvidarse de él en el último minuto? Pronto, en la mente de Charlie comenzaron a aparecer distintos escenarios que estaban lejos de dejarlo tranquilo.

Una notificación en su móvil hizo que se sobresaltara y suspiró, en la pantalla de inicio pudo leer que Jasper había publicado un tweet en su cuenta candado.

"Ups, no puedo dejar que hagas lo que quieras por mucho que te estime". Charlie lo comprendió rápido; Jasper había estado molestándolo con lo de la apuesta, por mucho que aclaró que no lo hacía por la apuesta u que de verdad quería a Anne, sus supuestos amigos no le creían. Guardó el móvil y comenzó a caminar rápido, luego empezó a trotar, luego correr para poder llegar a la casa de Jasper que estaba cerca.

 Guardó el móvil y comenzó a caminar rápido, luego empezó a trotar, luego correr para poder llegar a la casa de Jasper que estaba cerca

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Owen salió del baño aliviado de haber llegado a tiempo a hacer sus necesidades después de haber corrido a una pareja.

—Hay habitaciones aquí, dios mío, ¿Por qué el fetiche raro de tener el mete y saca en el baño? —dijo mientras hacía una muñeca y se movía entre la multitud. A lo lejos vió al anfitrión de la fiesta, Jasper, salir de una habitación y al asomarse en un ángulo perfecto para quitarse la curiosidad pudo observar a la persona dentro de la habitación—. Hijo de puta...

Owen avanzó precipitado hacía Jasper con un sentimiento de cólera recorriendo sus venas, su amiga, Anne, era quien estaba dentro de la habitación.

[...]

Mientras tanto, Miriam, aún preocupada había sido arrastrada a una rueda de verdad o reto por sugerencia de Keith, estaba sentada en un sofá mirando a los chicos y chicas que no conocía.

—¿Verdad o reto? —pregunta alguien del grupo que está sentado en el suelo de un rincón de la casa en la que la fiesta tiene lugar.

—Reto. —responde Miriam con el alcohol un poco subido ya en sí misma.

—Te reto a ir a besar a cualquiera en esta fiesta.

—Que aburrido. —exclama un chico—. Besa a una chica y luego proponle ir más lejos.

—No hagas tremenda pendejada, Mir. —irrumpe Keith, uno de sus mejores amigos.

—Ya veremos. —responde Miriam, pero la idea de quitarle la atención que siempre le daba a Keith la empezó a tentar—. Bien, lo haré.

Miriam se levantó del sofá en el que estaba y buscó una buena opción para llevar a cabo el reto que le fue impuesto, rápido encontró a Sarah y pensó "no será tan malo". A paso rápido se acercó y la tomó del cuello, se acercó lentamente y claro que hubo un beso, no solo un beso rápido, sino uno profundo y apasionado. A lo lejos, Keith miraba asombrado, pero triste; se levantó de dónde estaba y salió de la casa agitado, con su corazón latiendo a mil por hora, intentando calmarse, levantó la cabeza y vió a Charlie llegar corriendo hacia él.

Mátame con tu carismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora