𝙋𝙧𝙤𝙡𝙤𝙜𝙤

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ℚ𝕦𝕚𝕖𝕟 𝕟𝕠 𝕙𝕒 𝕔𝕒í𝕕𝕠 𝕟𝕦𝕟𝕔𝕒, 𝕟𝕠 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕦𝕟𝕒 𝕚𝕕𝕖𝕒 𝕛𝕦𝕤𝕥𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕖𝕤𝕗𝕦𝕖𝕣𝕫𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕙𝕒𝕪 𝕢𝕦𝕖 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕣 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕞𝕒𝕟𝕥𝕖𝕟𝕖𝕣𝕤𝕖 𝕖𝕟 𝕡𝕚𝕖

◦•●♡ Mᴜʟᴛᴀᴛᴜʟɪ ♡●•◦

꧁•⊹٭𝙴𝚕 𝚌𝚘𝚖𝚒𝚎𝚗𝚣𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛٭⊹•꧂

En las zonas costeras de Pandora donde el estilo de vida de los na'vi era muy distinta al resto de tribus, ademas de su ecosistema llena de diversas criaturas divinas y extraordinarias como arrecifes, que enamoraban a cualquiera que los viera en la noche iluminando las aguas cristalinas.

Dentro de las aguas iluminadas; esta vez por la luz del sol que alumbraba toda esquina de Pandora, estaba una pequeña niña Metkayina de cabellos rojizos recogiendo caracolas a la orilla del arrecife para dárselas a su pequeña hermana menor de cabellos negro y con rulitos, quien sonrió feliz para tratar de hacer una pulsera con algunas cuerdas echas a mano.

Aunque toda diversion de las dos pequeñas hermanos se vio interrumpida por cierto niño na'vi de la misma apariencia que la mas pequeña, quien con bastante furia pateo las caracolas que estaba recolectando la pelirroja quien se levantó con sorpresa con tal de soltar un quejido en contra del niño Metkayina, quien interrumpió a la pequeña de inmediato.

—Alejate de mi hermana fenómeno! —replicó el menor mirando bastante mal a la de cabellos extravagantes e inusuales por su color, puesto que ningún Metkayina tenia ese color en sus cabellos

Algunos los consideraban como un regalo de Eywa, una señal de la gran madre para indicar al futuro jefe de la aldea, al menos sus padre lo veían así. Pero para otros es una maldición, sobre todo para los menores que no estaban acostumbrados a tanta rareza dentro de su clan al ser fieles a las leyes de la misma especie de la arrecife.

—U-uh... E-ella también es mi hermana Aonung —contradijo la pequeña con bastante miedo pues siempre era molestada por este y sus amigos por la apariencia de la pequeña puesto que ademas de su color de cabellos ella nació con marcas por su hombro y cintura parecido a los tatuajes típicos de los Metkayina— L-le diré a MaSempu sobre esto!

El joven na'vi que apenas tenía unos ocho años de edad miró a la joven con bastante rabia, puesto que siempre le desagradó no solo la apariencia de la joven Metkayina— o al menos él no la consideraba uno de ellos— sino la falta de atención que le generaban sus padres para entrenar a la pequeña pelirroja, puesto que sería la futura Tsahik del pueblo del arrecife.

La rabia que generó el niño de pelos negros le provocó que se abalanzara hacia ella con intenciones de golpearla a pesar de su temprana edad. La niña en este caso a penas se pudo defender puesto que aún no sabía defenderse en peleas físicas

—Le-Leena'ri, Aonung deténganse! —sollozó la pequeña quien intentó separar a ambos niños sin tener resultado por lo que gritó camino a la aldea aún llorando asustada.

(...)

La niña suspiró mirando detenidamente una venda que tenía en su brazo donde estaban sus tatuajes, con los que llegaron con ella al mundo y la molestaban por ello. Aonung le había dejado un corte bastante profundo después de la pelea, sabía que eso le dejaría una cicatriz y esa fue su intención. Una marca de por vida que la hiciera recordar que nunca será uno de ellos...

Un ruido se escuchó dentro del océano cosa que la pequeña alzó su mirada encontrándose con su ilu. Una hembra bastante amable y de la edad de la na'vi, o sea aún no llegaba a una edad madura para ser del tamaño del resto de ilus

—Ami'ra...—dijo la de cabellos rojizos acariciando el rostro de la criatura sentándose en la orilla para convivir con ella, dándose cuenta que el agua se tenía de un color fucsia rojo ante la sangre que emanaba de su herida aún no cicatrizada— Tu si eres como el resto... Tu tienes suerte... Mucha suerte —dijo soltando pequeña lágrimas juntando su frente con la de la criatura quien solo soltó ruiditos tratando de animarla ante su llanto.

—Leena'ri? —habló una voz masculina para acercarse preocupado y sentarse a su lado para apoyar su cabeza en su hombro.

El niño que la había estado acompañando todo ese rato junto a su ilu, era igual a ella, distinto y molestado. El na'vi tenía piel pálida como sus cabellos blanquecinos, puesto que provenía de muy al norte de dónde se encontraban.

Su familia lo había dejado en la aldea para que pudiera sobrevivir puesto que las personas del cielo no solo se habían apoderado de los bosques de Pandora y el lado costero, sino el norte donde provenía este pequeño y deseaba volver

—Mira lo que hice —dijo el albino dejándole a la pequeña un bello brazalete para su brazo cuando se curara, pues sabía lo mucho que está querría taparse esa cicatriz más tarde cuando se cure— Tsireya me ayudó... Dijo que estás eran las conchas y caracoles que habían recogido...

La pequeña miró el brazalete para limpiar sus lágrimas sintiéndose un poco mejor cosa que su criatura volvió a hacer algunos sonidos más de alegría— Gracias Ha'ru lo voy a atesorar por siempre— susurró mirando al joven albino con una suave sonrisa pues esta ya sabía que Eywa le tenía como destino casarse con él, su futuro esposo y compañero de vida...

Al menos así lo creían ambos... Pues nadie puede ver el futuro.

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Oliwis gente quise hacer un fic del Neteyam desde que vi al wachito en la pantalla del cine por primera vez ('. • ᵕ •.') ♡

he visto y leído muchos fanfics del Neteyam la verdad y todos me parecen tan buenos, así que pensé "porque no hacer uno también?" Tal vez incluso haga one-shots de distintos personajes puesto que no he visto mas de tres fics del Loak por ejemplo.

Bueno esa es mi nota de este capitulo jeje espero que les guste y perdón si es cortito no suelo escribir mucho por mi falta de imaginación y ansiedad constante por eso espero que entiendan si demoro en escribir (o ^ ^ o)

Por cierto esta historia esta con colaboración de la grandiosa @Aisu-Nai así que la dedicación es para ella por eso.


𝗦𝗻𝗴𝗮̈'𝗶𝗸𝗸𝗿 | Aᴠᴀᴛᴀʀ ᴛʜᴇ ᴡᴀʏ ᴏғ ᴡᴀᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora