🕊️ No Soy Tu Tipo 🕊️ | (El Brujo x Tú) [PAUSADA]

🕊️ Sabiduría 🕊️

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Narrador: ¿Quién no va a tener dudas cuando un hombre dice haber pasado todo un fin de semana con Dios? Y en una cabaña ni más ni menos...  Y no cualquier cabaña, esta era LA cabaña...  Lo que voy a contarles es un poco...  Bueno, es bastante fantástico, pero eso no significa que no sea verdad.

Viento: Veo parcerito disculpe...  Creo que se equivocó de película o algo porque esa introducción como que no cuadra.

Narrador: ¿De qué hablas? ¿No vez la cabaña?

Viento: Pero no es ESA cabaña sumercé...

Narrador: Aia...

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Érase una vez, un/unx pequeñx niñx saliendo de su pequeña cabaña, él/ellx vivía solx y había sido criadx por los animales del bosque; aún así no se comportaba como uno, era un/una niñx perfectamente normal gracias a su cuidadora, una majestuosa leona parlante, la cual parece más un espíritu del bosque que un animal real pues solo se deja ver cuando quiere.

A unos cuantos metros de la puerta varios animales pequeños le esperaban para acompañarle en su paseo matutino por el bosque para luego ir a visitar un pequeño pueblo aledaño. Él/Ellx  era más rápidx y más fuerte que un infante promedio de su edad; por lo que no tenía problema en atravesar la frondosa hojarasca y los troncos caídos que le aportaban nutrientes al suelo.

Al llegar al pueblo, saludó a las mismas personas de siempre, vendedores, herreros y humildes aldeanos, su sonrisa iluminaba el día de cualquiera, ante toda la gente él/ellx vivía con sus padres en una cabaña cerca al pueblo, pero nadie se le había ocurrido cerciorarse de la veracidad de ello.  ¿Qué más daba?  Era evidente que era feliz así que quien fuese que la estuviera criando estaba haciendo un muy buen trabajo.

—¡Oh! ¡Hola señorita que es bruja en secreto! —dijo en un tono alegre T/N.

—¡Pequeñx! ¿Cómo se te ocurre decir eso aquí como si nada? Así no funcionan las cosas por aquí jeje —exclamó la mujer riendo nerviosamente mientras sujetaba a T/N por los hombros—. Me pueden matar, tengo un hijo y... ¿Dejarlo solo no estaría bien verdad?

—¿Tienes un hijo? ¿Por qué no lo sabía? ¡¿Lo puedo conocer?! —preguntó T/N con decisión, pues ella conocía a todo el mundo por aquí y no podía permitirse excluir a nadie.

—Tienes suerte, justo hoy salió a tomar el sol, es bastante ermitaño —explicó la mujer mientras empujaba desde detrás de su falda a un pequeño de 8 años, tenía las manos unidas con la mirada en el suelo.

—¡Hola! ¡Soy T/N! Um... ¡Tengo 7 años y me gustan los caballos! Encantada...

— ...

—Oh queridx no te molestes, es un milagro que hable con alguien que no sea yo...  Más raro aún es que me diga te amo —manifestó la madre de aquel chico.

—Lo entiendo, a veces es muy difícil salir a este mundo loco, también puede ser difícil decir te amo si no lo sientes. ¡Tal vez lo puedas expresar de forma diferente! —añadió T/N.

En ese momento el niño levantó un poco más la mirada y por primera vez, aquel niño y T/N se vieron a los ojos, esto hizo que los ojitos de ambos se iluminaran y sus pupilas se dilataran.  Aquel bello momento no duraría mucho, pues T/N fue llamadx por algo en el bosque.

—¡Oh! Ya me tengo que ir... ¡Nos vemos después señorita! —dijo T/N mientras se alejaba de espaldas rumbo al bosque.

—¡Pero Querida! Ese lado del bosque es muy frondoso...  ¡Te podrías perder! —afirmó la mujer con preocupación.

—No se preocupe, no voy a estár sola, sino... ¿Quién cree que me llamó? —declaró T/N de manera divertida—. Adios... Meh no importa... ¡Luego sabré tu nombre! ¡Y si no, no importa!

—Si ella lo dice...  Ahora que lo pienso... ¿Quienes son los padres de esa niña? —se preguntó la  mujer mientras le daba la espalda al límite del bosque.

—Madre... ¿Por qué esx chicx va hacia un león en lo profundo de los arbustos?

—¡¿Que ellx q- —alcanzó a decir la dama antes de perder su aliento al ver aquellos ojos de felino escondidos en la oscuridad esperando a T/N—. Y yo pensaba que éramos los raros del pueblo...

—¿Le vas a contar a alguien madre?

—¿Y tienes la audacia de pensar siquiera que nos van a creer? —dijo la dama a su hijo mientras lo tomaba de la mano para retirarlo de aquel lugar, sin embargo, el niño tardó un rato en quitarle la mirada a aquellx niñx.

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Una bella melodía sonaba en el bosque, un instrumento que solo tenían disponible en la corte celestial, aún así un prototipo fue dejado en la tierra como regalo por los 5 años de T/N.

—¿Qué tal lo hice?

—Lo hiciste excelente mi niñx...  Ya estás aprendiendo conocimiento sagrado que aún no tienen aquí en la tierra —afirmó la leona, quien se encontraba acostada sobre un tronco viejo.

—¿Cómo dices que se llama esta cosa? —preguntó T/N.

—Saxofón, uno de los prototipos más recientes de los coros celestiales —dijo la leona.

—Um... ¡Creo que se parece a tu nombre! ¡Sabiduría!

—Si para ti dos letras le dan el parecido supongo que está bien —expresó riendo el animal.

—¿Qué significa sabiduría? —indagó T/N después de un pequeño silencio.

—¿Cómo te lo explico sin que tu cerebrito no colapse? —dijo Sabiduría levantandose y avanzando mientras el pequeño ser humano le seguía—. Como el sol y las estrellas le dan luz al cielo, la sabiduría es luz que irradia de ti y que toca todo tu universo, ese universo que se expande cada ve que creces y descubres, cada vez que despiertas y cada vez que te das cuenta.  Es cuando sabes, que puedes andar, es cuando tiene luz que puedes saber lo que está al frente y detrás tuyo.

—Eso suena a lo que tú también llamas conocimiento —mencionó T/N mientras intentaba tocarle la nariz al gran felino.

—Tal vez, pero no cualquier conocimiento te ayuda a entender lo que es el amor... Y eso sí que falta por estos lares...

La leona se volvió a recostar cerca a un lago, momentos más tarde T/N se quedó dormidx a unos cuantos centímetros.  Pasaron unos cuantos minutos y sabiduría desapareció, o bueno, seguramente fue a un plano etérico, ya saben; ese elemento que es algo así como el alma del cosmos.

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Esto es lo mejor que puedes hacer, un consejo sano es no volverme a ver

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