Me preparé, esperando a que Tom llegará a recogerme tal y como él y yo habíamos acordado, íbamos a pasar unas cuantas horas en la piscina y luego unas cuantas horas hasta la madrugada en carreras de motos y coches, había que celebrar bien que fuera viernes, no?
Me deje el pelo suelto y me arreglé poniéndome base y rímel solamente (y un poco de talco porque no me alcanza para los polvos translúcidos jajshqowujw) pensé en si agarrar mi ventolin ya que lo podría llegar a necesitar en caso de que me pase como casi todos los días, quedarme sin aire por andar tosiendo de tanto darle al tabaco teniendo asma y bronquitis.
Opté por no agarrarlo, puede que lo llegara a necesitar, pero no lo creía mucho. Mientras estaba hundida en mis pensamientos escuché un claxon y como acceleraba y hacia drifting ya que en frente de mi casa había un aparcamiento totalmente vacío en el que había bastante espacio, por cierto, ¿Ya dije que me encantan los coches y las carreras?
Antes de bajar por las escaleras me mire en el espejo para ver si estaba bien arreglada, me hice unos retoques y baje las escaleras apresurada pero tampoco corriendo, porque si iba corriendo seguro que me iba a caer y comer la escalera, no es la primera vez.
Al salir y cerrar la puerta de mi casa con llave me dirigí al coche de aquel hombre apuesto que me comía literalmente con la mirada, si las miradas mataran, yo ya estaría enterrada, dios mío.
-hola linda, subes de copiloto? -me abrió la puerta ayudándome a entrar y la cerró para luego volver al volante y poner música-
Llegamos a la piscina y yo encontré unas tumbonas libres en las cuales daba el sol directamente, perfecto para broncearme (mentira parezco un vampiro de lo pálida que estoy)
-Bueno, quisiera comentarte que invite a unos cuantos amigos, espero que no te moleste.
-Oh no, para nada, tranquilo. -dije mientras le sonreía-
Llegaron como unos tres chicos que tenían pinta de ser muy buenas personas y nos saludamos entre todos, descubrí que Tom tiene un hermano llamado Bill, él cual no paré de hablar con él en toda la sesión de "bronceado" ya que él dijo que no se metía a esa agua fría ni aunque le pagaran.
Estaba hablando con Bill, cuando de repente sentí que alguien me agarraba en brazos y corría conmigo en su pecho hacia la piscina, no me dio tiempo ni de mirar quién era porque caí directamente en la piscina que fue como un golpe de frío, estaba demasiado helada.
-TOM! -grité al ver que era él quien me había tirado a el agua fría-
Él intentó correr debajo de el agua pero fue imposible, lo agarre de la nuca y me sumerji la cabeza en el agua riéndome a carcajadas, cosa que él cuando se levantó hizo lo mismo y empezamos a jugar tirándonos agua.
Bill se unió saltando en la piscina y luego Georg y Gustav, los niños de la piscina estaban alucinando porque nosotros parecíamos los niños de allá pero la verdad es que me estaba divirtiendo bastante, de un momento a otro Gustav se puso de árbitro y yo me subí a los hombros de Tom y Georg a los de Bill, empezamos a jugar a juegos y al final ganamos Tom y yo, estuvimos toda la tarde riéndonos de ellos y echándoles en cara que les habíamos ganado, está fue la mejor tarde y el mejor día sin duda.
Debía admitir que desde pequeña tenía inseguridad por mi cuerpo y mucho más cuando estoy en frente de tantas personas en técnicamente ropa interior, porque es lo mismo un bikini, pero ellos no parecían juzgarme y me sentía bastante segura con ellos, sin ningún tipo de preocupaciones ni molestias.
Nos pusimos a conversar mientras comíamos helado y chuches en una de las varias mesas que había en la piscina municipal, no sé cómo pero llegamos a hablar sobre la vida como si tuviéramos 60 años, Gustav comenzó a contar anécdotas que nos hicieron reír a todos porque él de pequeño fue demasiado torpe según él.