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La navidad en casa de su abuela no fue de lo mejor, su madre en ningún momento quitó esa careta furiosa desde la mañana. Sus amigos fueron con él, y resta decir que su abuela los amó, más en específico a Ricky.

En la entrega de regalos no fue sorpresa que sus amigos recibieran regalo por parte de los padres Shim y la abuela, todos quedaron contentos pero igual estaba esa espinita que solo la mujer mayor no se daba cuenta.
Se divirtieron luego de las 12, dando vueltas por todo el barrio y viendo a los pequeños niños jugar con los regalos que Santa les había dado, igual que el grupo.

– ¿Se supone que tiene una cámara no? - Preguntó Natty, muy confundida por el regalo que le habían dado.

Su padre le había comprado un dron, por el poco conocimiento que el señor Shim tenía por la chica (gracias a su hijo) le dió aquel regalo que tanto le encantó.

– ¡Ay! ¡Tonta Natty! - Exclamó Ricky, arrancándole el control de sus manos. – Ni siquiera tenías la cámara del aparato encendida, mira aquí.

Jake rió mientras veía a sus amigos intentar volar el aparato, a él no le llamaba mucho la atención, había recibido muchos desde que era muy chico.
Su abuela le había regalado un suéter tejido a mano, amaba ese tipo de detalles, regalos no dados superficialmente, como el de su madre.
Le regaló otra Playstation, como si no tuviera ya las cinco versiones en Australia, y ojo, dados también por ella.
Por otro lado, el regalo de su padre no lo abrió, pedido dado por el mismo señor, así que cuando le dijo aquel comentario Jake solo subió sus hombros y dejó que sus amigos vieran los suyos.

– ¡Jake, mira! - Gritó Natty. – ¡Está volando!

Con ternura fingió sorpresa, la chica nunca había tenido ese tipo de regalos mientras que a él lo bañaban en detalles electrónicos desde que era un bebé.

Danielle disfrutaba de unos patines, dados también por su padre por cortesía de la información que le daba su hijo siempre.

“Danielle quiere ser patinadora”

Ahora Jake se daba cuenta que su padre le prestaba más atención de la que creía, tanta atención que hasta en los detalles de sus amigos pensó cuidadosamente, por eso cuando lo vió salir de la casa de la abuela, con una copa de vino en mano, se acercó.

– Pá. - Llamó.

– Tus amigos parecen estarse divirtiendo.

Volteó a ver la dirección de la calle, donde no solo estaban sus amigos sino también otros niños y adultos del barrio.
Asintió de acuerdo, volviendo a ver a su padre.

– Gracias.

Y por primera vez en aquella noche, Jake vió a su padre sonreír, incluso juró ver sus ojos aguados, pero ¿Por qué?

– Papi... ¿Pasa algo?

El hombre suspiró, dejando de lado aquel semblante serio que siempre tenía, quizá y solo quizá dejando en aquella noche mostrar un poco de su vulnerabilidad.

– Nunca tuvimos que llevarte a Australia, Jakey.

El chico no dijo nada, quería negar, porque después de todo en Australia no le había ido tan mal, tenía amigos increíbles y la escuela era increíble, nadie sabía realmente quién era más que aquellos 4 chicos que después de muchos meses permitió dejar entrar en su corazón.

Pero no era igual.

No era igual a las salidas nada organizadas con Jungwon, o las peleas tontas con Niki que luego terminaban en el mayor llorando y diciendo cualquier cosa para hacer contentar a Jake, no era como la bipolaridad de Sunoo y como lo confundía, pero que en el fondo sabía que el cariño y la amistad era mutua, no era como un Sunghoon confundido por sus sentimientos, pero que nunca se los demostró para no hacerlo sentir incómodo, no era como Jay, que aunque no fueran los más cercanos, sabía que tenía a ese mayor para descargar alguna duda o problemática, no era como Heeseung... La confusión y cariño mezclados en una sola persona que le dió un vuelco a su vida por completo.

No era como ellos, nada era como su hogar.

– Quiero estudiar la universidad acá. - Soltó, sin temor al rechazo de su padre o a las mil y unas palabras que le dirá su madre en contra.

Pero sabía que no pasaría, porque el señor Shim conocía a su hijo más que a nadie, en el silencio cuando lo veía discutir con su madre, o aquella noche en casa cuando lo escuchó con Heeseung diciéndole lo mucho que lo amaba, o el simple ver a su hijo parado a su lado, sin temor a lo él dirá, totalmente decidido de su desición, así que con una sonrisa orgullosa solo dijo:

– Quédate, este es y siempre será tu hogar, Jakey.











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Amamos al señor Shim ❤️🥺🤏🏻

Actu corta pero que hacía falta.

Los kieromuxho bebotones 🐨💗

tell me about love -heejake- 📱🖋️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora