Reincarnated Queen (Volturi Kings)

Capítulo 26

El vuelo a Volterra fue largo pero sin incidentes. Pasé la mayor parte del tiempo durmiendo encima de Caius o conociendo a la guardia, mi miedo a volar era casi inexistente alrededor de mis compañeros, solo irradiaban seguridad.

Los guardias de élite fueron educados, pero cerrados, especialmente Jane y Alec.

Esos dos van a ser difíciles de romper, pero no me falta tiempo. Llegaremos allí, probablemente solo llevará unos años...

Con el más fácil de hablar era con Josh, parecía ansioso por hablar sobre sus poderes y hacerme preguntas. Además de acariciar a mis gatos que se empapaban de cualquier atención como malditas esponjas necesitadas.

Aparentemente, puede hacer burbujas, no como del tipo de juguete, sino burbujas alrededor de la gente. Puede hacer un escudo impenetrable alrededor de algo o alguien, al mismo tiempo podría usarlos a la defensiva y atrapar a las personas en ellos sin oxígeno dentro o incluso electrocutarlos.

Era la razón por la que había ascendido en la guardia tan rápido, ya que solo había estado con los Volturi durante unos 20 años. La mayoría de los miembros con su antigüedad todavía estarían en la guardia inferior, pero él estaba en la guardia superior, la mayoría de las veces trabajaba con la guardia de élite, pero aún no estaba en ese nivel.

Renata era más o menos la misma, con su capacidad de protección ascendió mucho más rápido en las filas que la mayoría, aunque había estado con los Volturi durante más de 300 años. Era una mujer pequeña, para nada intimidante, con el pelo castaño y una cara amable, pero con mucho descaro. Creo que podría ser más baja que Jane...

Su escudo era más mental, como el de Bella, puede confundir a la gente en función de su intención de hacer daño. Así que si la gente se acerca a ella o en quién se está enfocando con la intención de lastimar a esa persona, se dan la vuelta y se confunden.

Sabía de Renata por la cantidad de fanfic que leí en mi última vida, pero Josh era nuevo.

Estaba pensando en solicitarlo como uno de mis guardias personales, no me engañé pensando que mis compañeros no iban a ser sobreprotectores.

No era una idiota, me di cuenta de que Aro se fue por la borda enviando a los escudos de los Volruri y la guardia de élite.

No me importa que me protejan, siempre y cuando no traten de evitar que haga las cosas que quiero, no me importan las precauciones que quieren poner en marcha.

Sería irresponsable caminar como si mi vida no estuviera en gran riesgo en todo momento. Me niego a ser usada como arma contra mis compañeros, los tres hombres más poderosos del planeta ahora tienen una compañera humano, ¡joder, puedo tropezar y morir! Tomaré toda la ayuda que pueda conseguir...

Me niego a ser una debilidad para mis compañeros, seré su fuerza.

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Deje escapar un suspiro aliviado cuando nos acercamos al castillo. Podía sentir las energías de mis compañeros cerca y no podía esperar a estar con todos ellos de nuevo.

La única razón por la que no me he vuelto loca es que tenía a Caius conmigo. No puedo imaginar cómo ha sido para ellos...

Mi rodilla comenzó a rebotar a medida que nos acercamos al castillo.

Caius se rió ligeramente y negó con la cabeza mientras me miraba con cariño.

Simplemente lo ignoré cuando nos detuvimos en el garaje subterráneo del castillo.

Chillé cuando vi a Aro y Marcus esperándonos, el coche apenas se había detenido antes de lanzarme del coche directamente hacia ellos.

Aparentemente, no era la única ansiosa por verlos porque ni siquiera di un paso antes de tener dos juegos de brazos alrededor de mí mientras Aro y Marcus prácticamente me envolvían entre ellos mientras ambos se pegaban contra mi parte delantera y trasera.

Hice un pequeño ruido de felicidad y disfruté de la sensación de paz que me daban.

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Finalmente, Caius nos llevó al castillo y de vuelta a la biblioteca privada de los reyes, donde yo, Aro y Marcus nos abrazabamos en el sofá.

Caius hizo pucheros antes de poner los ojos en blanco y salir de la habitación después de darme un beso en la frente y decir algo sobre llevar mis cosas a mi ala.

Asentí con la cabeza y seguí disfrutando de estar prácticamente sofocada en hombres vampiros sexys. Esto es vida...

"Anima Mia, te hemos echado mucho de menos" murmuró Aro, su cara todavía en mi cuello mientras yacía la mitad encima de mí mientras yo me acostaba contra el pecho de Marcus, que vibraba por el bajo ronroneo, el sonido venía de su pecho y prácticamente me estaba poniendo a dormir.

Sonreí suavemente y pasé mi mano por su cabello "Yo también te extrañé, no me iré de nuevo pronto", dije en voz baja mientras disfrutaba con su presencia.

Aro asintió y me besó el cuello ligeramente "Sí, Josh puede estar en tu guardia personal, ya tenemos varios candidatos en fila", murmuró en mi cuello, respondiendo a mis pensamientos anteriores.

Asentí con la cabeza y sonreí a Marcus, que parecía estar disfrutando de tenerme en sus brazos por primera vez en días.

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Los días siguientes consistieron en aprender sobre el castillo y instalarme en mis habitaciones.

Decir que los reyes se fueron por la borda sería un eufemismo.

No solo tenía una maldita habitación, tenía un ala que consistía en una sala de estar, un estudio, una habitación vacía con la que aún no sabía qué hacer, un dormitorio, un baño y un vestidor.

Incluso convirtieron un gran armario de suministros en el pasillo principal en una especie de habitación para gatos a la que se podía acceder a través de túneles desde mi habitación donde estaban las cajas de arena de los niños. A los gatos les parecían encantar los túneles y los pequeños pasillos que había alrededor de mis habitaciones para que los exploraran y jugaran.

Cuando había visto ese detalle en particular, casi había llorado, una cosa era que hicieran algo por mí, pero esto demostró que también se preocupaban por lo que me importaba. Me pareció un gesto increíble y me aseguré de que todos lo supieran besándolos por toda la cara y aferrándome a ellos como un oso koala demente. No parecía importarles...

Estábamos empezando a desarrollar una rutina, los reyes gobernaban durante los días, a veces me unía a ellos si me sentía inclinada, de lo contrario podrían encontrarme en la sala de juegos de la guardia o en mi estudio tratando de perfeccionar mi italiano o estudiando las leyes con más detalle.

Por la noche nos relajábamos juntos en mi ala o en una de las de los reyes hasta que me quedaba dormida en uno de sus brazos, donde continuaban haciendo algo de papeleo o me trasladaban a mi cama y se acurrucaban conmigo hasta la mañana.

Fue agradable, solo estar con ellos y ser amada por ellos.

A veces me dejaban pequeños regalos donde sabían que los encontraría, o simplemente una flor puesta en mi escritorio.

Se sintió bien ser apreciada por estos hombres y apreciarlos a cambio.