Eres tú, mi Luna

Capítulo 18.

Flora

—Dioses... — suelto un suspiro cuando vuelvo a mi forma humana y observo al lobo de Aiden — . Que hermoso eres, lobito.

Me pasa la lengua por toda mi cara y sonrío. Le encanta cuando toco su pelaje suave, y me lo hace saber cuando me tira al suelo con sus patas y deja su cabeza en mi pecho. Sigo desnuda, pero estamos en su jardín y no nos puede ver nadie, ya que no hay casas alrededor.

Acabamos de llegar a casa después de estar toda la mañana corriendo por el bosque. Ela cada día es más veloz , es más fuerte y tiene más resistencia a la hora de estar transformada. Y me encanta la libertad que siento cuando corre a toda velocidad esquivando árboles, o corriendo de Furia, que siempre nos intenta cazar. A Ela le encanta ser perseguida por nuestro Alfa y se vuelve loca cada vez que le trae una ofrenda, ya sea una ardilla, un conejo o un pájaro. Lo que sea le encanta.

—Es que mi lobito me ama y por eso me consiente tanto — me dice orgullosa.

Después de acariciar un rato el pelaje de Furia, le da paso a Aiden y entramos a casa. Aún me cuesta mirarlo totalmente desnudo, ya que su miembro es el primero que veo en persona y debo decir que es grande, grueso y aún recuerdo cuando lo lamí. No hemos vuelto a hacer nada más y siento que ahora podría ser un buen momento. Es mi pareja, mi mate, mi esposo. Nadie me lo puede impedir, y ha pasado mucho desde esa primera y única vez.

Diosa... creo que voy a empezar a excitarme si pienso en esa vez. Sentir su lengua, lamiendo de un lado a otro, fue lo más impresionante que me pudo pasar. Esa sensación única de poder notar su lengua, sus manos en mis caderas. Incluso recuerdo los sonidos que hacía y como me miraba.

—Esposa — gruñe, dándose la vuelta cuando entramos a la habitación y me observa desnuda — , ¿en qué piensas?

Oh Diosa. Amo su voz ronca, sus ojos azules y sus manos fuertes. Su cuerpo parece esculpido por un Dios, y no voy a desaprovechar esta oportunidad para estar con mi Alfa.

—En que te necesito — respondo jadeando y mirando su cuerpo completo —. Te necesito ahora mi Alfa.

Lo escucho gruñir antes de notar como me alza y envuelvo su cintura con mis piernas para no caer, aunque sé que no me dejaría. Su boca busca la mía y mis labios se abren para tocar su lengua. Siento sus manos en mis nalgas mientras camina y suelto un grito cuando siento algo muy frío. Me ha dejado sentada en el mármol del lavamanos.

—¿Estás segura? — une nuestras frentes y envuelve el cabello de mi nuca con su mano — Dime que sí, porque siento que no aguanto más las ganas que te tengo, Flora.

Estoy jadeando, excitada, cansada y dolorida. Puedo descansar después de esto, puedo hacerlo por mucho tiempo, pero primero necesito a Aiden. Necesito entregarme a él, a mi Alfa. Necesito estar unida a él por siempre.

—Estoy muy segura, Aiden. Yo también siento que no aguantaré más.

—Por fin — susurra Ela extasiada.

Gruñe antes de volver a unir nuestras bocas en un beso húmedo y sucio. Paseo mis manos por su abdomen firme, suave y musculoso. Mi Alfa está bien formado y tiene un cuerpo espectacular. Y es solo mío, solo yo puedo tenerlo.

Siento una electricidad por todo mi cuerpo cuando sube sus manos desde mis caderas hacia mis pechos. Ya no estoy en mis días, hace más de dos semanas que terminé, pero siento los pechos pesados por la excitación y están igual de sensibles a su toque. Mis pezones están tan duros que duelen y necesito que los toque. Necesito sus caricias y sus mimos. No me importa si utiliza sus manos o su boca, pero lo necesito.

Aiden aprovecha para pasar su lengua por mi labio cuando tomo aire y eso me provoca un escalofrío. Se me nubla la cabeza y solo puedo pensar en él. Solo soy consciente de su cuerpo, de sus manos y de su dulce boca. La piel me hormiguea y siento que se me eriza al completo. Quiero más. Más de esto, de él, de nosotros. Besar a Aiden es como correr por el bosque a toda velocidad y saber que nunca tendrá un final, que puedo vagar sin rumbo y puedo estar tranquila al saber que él me encontrará.